Así comienza lo que nadie
quiere que suceda.
Pero, que muchos anhelan.
Lo que el autor de la carta en forma oportuna ha traído a colación, sin duda habrá disgustado a quienes por su ignorancia e ideologismo los habían llevado a considerar -como lo fue en un comienzo- eliminar las FF.AA y su reemplazo por Fuerzas de Defensa que en caso de un conflicto bélico exterior serían llamadas por un periodo -si mal no recuerdo- de seis meses. Felizmente esa estupidez no prosperó, pero, en cambio ha pasado a formar parte del borrador de la constitución que será plebiscitada el próximo 4 de septiembre una sarta de normas tendientes a politizar a los mandos, limitar el empleo de ellas solo ante agresiones de carácter externo, según lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas, eliminando el Estado de Excepción de Emergencia y otras consideraciones que afectan el ejercicio del mando y la formación profesional de el.
Esta
desafección e incomprensión del papel que cumplen las FF.AA no es nuevo; y justo
con reconocer su dependencia absoluta de la autoridad civil, han sido estas y
los políticos que a lo largo de nuestra historia han sido los causantes y
generar las condiciones para sus “salidas
de madre.” Y para no extenderme me refiero
solo a algunos hechos del siglo pasado, desde la caída del presidente Arturo
Alessandri, en la que le cupo gran responsabilidad; el gobierno de Carlos
Ibáñez; en el periodo de la llamada República Socialista hasta el regreso de Alessandri
en su nuevo gobierno (1932-1938); en el “Ariostazo” del regimiento Tacna (1939)
bajo el gobierno de Aguirre Cerda, el mandatario que saludaba con la mano
empuñada a las huestes del Frente Popular; el movimiento PUMA (Por Un Mañana Auspicioso) en 1951, más tarde la Línea
Recta, en 1956; y luego el “Tacnazo” en 1969.
Como fui testigo y partícipe de
este último movimiento con el grado de capitán, puedo aseverar que nunca estuvo
en su propósito derrocar al Gobierno del presidente Eduardo Frei, siendo muchos
en la institución adherentes a su candidatura -de hecho voté por él- pues
representaba a la clase media en la cual estábamos insertos y además nos
identificábamos plenamente con los principios y valores cristianos. Sin
embargo, a poco andar la revolución marxista cubana hizo presa de la juventud -como
en la actualidad- instándolos a participar de la subversión, tomar las armas, realizar actos
de terrorismo y actuar en las llamadas “expropiaciones de bancos” para su
subsistencia y expansión, teniendo como inspiradores el Congreso de Chillán del
PS para establecer el Estado Obrero Campesino, en que la violencia revolucionaria es inevitable y legítima (…) constituye
la única vía que conduce a la toma del poder político y económico (….) Sólo
destruyendo el aparato burocrático y militar del estado burgués, puede
consolidarse la revolución socialista; hasta el propio presidente del Senado, Salvador Allende, quien presidía OLAS, la
organización latinoamericana de solidaridad que pretendía la superación del subdesarrollo
económico, social y cultural asumiendo la lucha armada para revertir
tal situación. El hecho es que, a lo antes mencionado y la debilidad del
gobierno para enfrentarlos, se sumaron varios aspectos de su política económica -como la reforma agraria- y otras medidas que fueron mermando el mayoritario
apoyo obtenido en su elección.
Lo
denunciado hoy por Aldunate, hizo crisis con el presidente Frei, pues la
dotación del contingente para cumplir en aquella época con el S.M.O. -actualente es
voluntario- llegó apenas a 6.000 conscriptos, los que además debían
acuartelarse trayendo su propia ropa de interior pues la institución carecía de vestuario;
se recesaron unidades menores por la falta de contingente; se carecía de munición
para cumplir lo más básico que eran las lecciones de tiro de fusil y mucho
mayor en otras armas; en fin, se afectó el cumplimiento de planes y programas
de instrucción, disminuyendo en forma considerable la seguridad y la defensa de
la nación. De haber ocurrido terremotos como el de 1962 en Valdivia, y el de 2010
en las regiones de Maule y Bío Bío, la falta de medios habría causado tantos
males como los mismos movimientos telúricos. Por si fuera poco, la situación
económica del personal de la institución era caótica, en especial en los grados
más subalternos. La carta elaborada por el general Roberto Viaux, donde exponía
en términos respetuosos al Presidente de la República los graves problemas que
afectaban al Ejército, ante la pasividad del mando institucional y del ministro
de Defensa le fue dirigida a este por conducto regular, costando su salida forzada de
la institución. Lo anterior dio lugar a la reacción espontánea de la
oficialidad y tropa -producto del liderazgo del citado oficial que realmente
representaba nuestras inquietudes- con el acuartelamiento en el regimiento
Tacna en un movimiento de protesta pero ajeno a cualquier pretensión política
de derribar el gobierno.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Si estimas de interés ruego difundir
Ayyy Toribio, que recuerdos penosos nos traes a quienes nos tocó vivir parte de lo que tú señalas
ResponderEliminary qué pena por nuestras FF.AA. y de Órden. Nada bueno se puede esperar de este gobierno de extrema izquierda y de ese mamarracho de Constitución que pronto nos propondrán. El país se
está cayendo a pedazos y la única salida es que gane el RECHAZO.