Misceláneos.
Toribio cree que cada día aumenta el
deseo de que el cántaro se quiebre de una vez por todas. La paciencia no es
infinita y se agota. En lenguaje coloquial, los chilenos estamos hastiados,
cabreados de quienes nos gobiernan y representan en el Congreso que aún no
logran captar o no quieren ver la realidad del 4 de septiembre del presente.
La calentura con un nuevo proceso constituyente
Según cifras del SERVEL existen 15
partidos políticos que reúnen un total de 430.133 afiliados en todo el país, en
un universo de 15 millones aprox. de inscritos en el Registro Electoral, los que
corresponden al 2,8%; del total del padrón electoral; de este, casi 8 millones
se pronunciaron por el Rechazo, con el 62 % de los votos. Sin embargo, a pesar
que, los partidos integrantes de Chile Vamos reúnen en total 89.715 afiliados,
es decir el 1,13 % de dichos votos, se han auto proclamados representantes de
esa inmensa mayoría. ¿Con qué facultades? ¿Quién los designó? ¡Qué las cúpulas partidistas se hayan
comprometido por un nuevo proceso, no tenemos por qué los chilenos que votamos
en conformidad a lo que dice la CPE vigente, observar cómo, en forma impune se
transgrede el artículo 142 y hagan abandono de sus obligaciones constituyentes,
mofándose de sus electores y cediendo a las presiones de la izquierda y del
gobierno! Ni siquiera han tenido el coraje de exigir a lo menos un plebiscito
para que la ciudadanía se pronuncie si realmente desea un nuevo proceso. No lo
pagarán con sangre pero sí en las futuras elecciones y desaparecerán como
opción. Entre tantos bordes, contra bordes, líneas rojas y márgenes que se
discuten, floreció hace un par de días “una coordinadora paralela” integrada
por parlamentarios Republicanos, independientes, del PDG y representante de los Amarillos.
Espero que no sea más de lo mismo y que aporten un poco al sentido común.
El Acuerdo Transpacífico TPP11
Toribio,
sin pretender dar cátedra, solo como un aporte señala que el objetivo de este
tratado regional e integral, de acuerdo a su preámbulo es: “promover la integración económica para liberalizar el comercio y la
inversión, contribuir al crecimiento económico y beneficios sociales, crear
nuevas oportunidades para los trabajadores y los negocios, contribuir a elevar
los estándares de vida, beneficiar a los consumidores, reducir la pobreza y
promover el crecimiento sostenible”. Sus negociaciones comenzaron en 2009 y Chile lo suscribió en el 2016, bajo
el gobierno de izquierda de Michel Bachelet. Actualmente lo integran Australia,
Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú,
Singapur y Vietnam. EEUU, uno de los firmantes, se retiró bajo el gobierno de Trump.
Este Tratado
entrará en vigor cuando al menos seis de los signatarios originales que en
conjunto sumen al menos el 85% del PIB de los signatarios originales en 2013,
hayan concluido sus respectivos procedimientos legales aplicables. A la fecha Malasia y Chile son los únicos países que no lo han
ratificado.
Este convenio lleva tres años y medio durmiendo en el Senado y sus miembros no lo han considerado importante como para ponerlo en tabla para su discusión, a la cual se han opuesto los senadores de la izquierda radical y algunos de la centro izquierda. El actual Gobierno no lo consideró en su programa, muy por lo contrario hasta se habló de revisar los tratados internacionales suscritos por Chile. El presidente por su parte ha dado señales confusas, como es su costumbre: Dijo que no se opondría pero tampoco que le prestaría ropa, en conocimiento de que en su coalición hay una cerrada oposición y ahora hacen cualquier esfuerzo para dilatar la discusión; acaba de señalar a un medio internacional: “Eso lo debiéramos haber discutido hace mucho tiempo y nosotros hemos ido postergando, postergando y postergando la discusión”. Es un debate difícil para las coaliciones que apoyan el Gobierno. Por supuesto. Están dilatando como los arqueros cuando van ganando y se quedan con la pelota en el piso o demoran el saque. Apruebo Dignidad negocia con la DC y Chile Vamos para que no sea puesta en tabla hasta que el Gobierno concluya las “side letters” con cada país, concepto que la ministro de Medio Ambiente dijo desconocer. O no le pega al inglés básico o desconoce que hay un capítulo exclusivo respecto al Medio Ambiente.
Hay que amarrar la Virgen en un trapito para que Chile Vamos una vez más no se
baje los pantalones. Por su parte, el Senador Lagos Weber bajo el mismo criterio somete a la Canciller a un amplio cuestionario que incluye entre otros, si el
TPP11 afecta a los pueblos indígenas; si las compañías farmacéuticas prolongarán
sus periodos de monopolio y los altos precios de sus medicamentos, etc. etc. ¡Chancho
en misa! Senador -pero con respeto- en tres años y medio y con $30 millones
mensuales, no ha tenido tiempo para echarle una miradita, es mucho más breve
que el proyecto derrotado.
A juicio de los entendidos, si se
concretan las “Side Letters” en cuanto a los mecanismos de solución de controversias
inversionista-Estado, “se producirá una
evidente incompatibilidad entre esos acuerdos con los tratados bilaterales de
inversión y capítulos de inversión de los acuerdos comerciales mencionados”; desincentivando
la inversión extranjera y perjudicando las inversiones nacionales con aquellos
Estados con un potencial de inversión nacional. (Hernán Salinas). Todo parece
indicar la necesidad de que exista un mecanismo de solución de controversias basado
en arbitraje internacional, para evitar en el caso de que se suscriban las
citadas cartas, en el caso de sufrir los inversionistas una violación al D.I., recurrir tan solo al
recurso de Protección Diplomática Estado
del que se es parte, lo que implicará a la larga una afectación en las
relaciones diplomáticas entre los Estados.
Si en 1989, hubiese existido este
tratado, los inversionistas chilenos que perdieron millones de dólares por el
caso de los dos granos de uvas envenenadas, sin duda alguna que con el
mecanismo antes indicado, habrían tenido la oportunidad de un juicio justo y no
haber quedado a merced de la FDA, por el daño a sus exportaciones a EE.UU,
Canadá, Japón y otros países europeos.
Fernando
Hormazábal Díaz
General de
Brigada (R)
Si estimas
de interés ruego difundir
No puedo estar más de acuerdo con el comentario inicial de Toribio. Realmente que los chilenos
ResponderEliminarestamos hastiados, cabreados de quienes nos gobiernan y representan en el Congreso, los que aún no logran captar o no quieren ver la realidad del 4 de septiembre del presente.