Desde el punto de vista de la psicología la venganza es un conjunto de comportamientos dirigidos a perjudicar a una persona o colectivo que es percibido como culpable o responsable por un daño causado sobre otros o, con frecuencia, sobre la persona con los deseos vengativos. Y esta ha sido sine qua non la condición que ha primado en los sectores de todo el espectro de la izquierda, incluyendo a la Democracia Cristiana que ha persistido en abandonar el centro político, que otrora lograra concitar la adhesión de la gran mayoría de los chilenos. Durante más de treinta años la venganza ha alimentado su odiosidad hacia quienes se vieron obligados a combatir a los mismos hoy intentan nuevamente, retrotraernos al estado catastrófico que dejaron el país, a la cola de las naciones de nuestro continente sumido en la crisis social, política y económica nunca antes conocida, puesta a término gracias a la intervención del gobierno militar. Su sed de venganza se ha visto reflejada en una justicia espuria e ideologizada que mantiene hoy a un centenar de ancianos que arriesgaron sus vidas luchando contra la subversión y el terrorismo, cumpliendo interminables condenas y falleciendo en los penales. Pero nada les colma, a juzgar por una iniciativa que pretende modificar la norma legal para que sean privados de acceder a los beneficios que ella contempla a los condenados que fallecen en los penales donde se encuentran recluidos nuestros camaradas de arma.
Pero
lo más grave han sido las instrucciones dadas por el gobierno a los parlamentarios
de Chile Vamos, para apoyar esa iniciativa. ¿Moneda de cambio a para otra acusación
constitucional? 8 diputados de RN, 6 de la UDI y 1 de EVOP, se abstuvieron en
la votación; 8 estuvieron ausentes y 3 votaron a favor.
Por lo anterior creo oportuno transcribir un escrito del abogado Juan Miguel Rodríguez :
Creo que la teoría del mal menor, que
seguimos muchos independientes ante la falta de opciones, se transformó en un
suicidio político, social, económico y sanitario desde el momento que elegimos
a Piñera y sus serviles congresistas y otros secuaces. Respetuosamente, en
relación con los militares y habiendo integrado el Ejército de Chile, llegué a
la conclusión que los gobiernos de izquierda siempre los respetaron porque los
necesitaban y les temían. En cambio, los gobiernos de derecha nunca les han
temido y tal vez por eso, no los respetan y cómo queda demostrado una vez más
con el apoyo al proyecto demencial de Hugo Gutiérrez, no solo los traicionan,
sino que además los venden.
Para ellos, los malos del gobierno
militar fueron los militares y los dignos de mérito fueron los economistas,
tecnócratas e ideólogos de derecha. Por eso hay que llevar a la ignominia el
trato para los que están en Punta Peuco y Colina, hombres y mujeres. Y pisotear
sus derechos, ya que no reúnen los requisitos para reconocérseles la calidad de
“humanos”. ¿Humanos serian quienes medraron mientras los militares “violaban”
los derechos de otros auténticos “humanos” que fieles a sus nobles ideales
querían matar a medio Chile para imponernos su maravillosa dictadura del
proletariado?
Son muchos los que hoy ejercen
cargos públicos o de representación popular a quienes vi desfilar respetuosa y
solícitamente por La Moneda en tiempos de bonanza de la Dictadura y arrancar
como miserables cuando se perdió el plebiscito. Algunos han ocupado importantes
carteras en este Gobierno y pudieron haberse hecho cargo de su cuota de
responsabilidad en relación con las culpas conque hoy cargan en exclusiva los
presos políticos militares, que paradojalmente eran sólo militares, ya que los
políticos eran otros..., y desde luego nada sabían de lo que hacían los
militares.
Siempre me ha llamado la atención
que el inefable ministro Solís no haya extendido a los señores políticos que
ocupaban cargos en el gobierno militar el argumento basal de sus condenas a
militares por delitos de lesa humanidad: “Habida consideración del cargo que
ocupaba no podía por menos que saber lo que ocurría..,”
Pienso que los militares fueron al
final la moneda de cambio entre dos sectores políticos que se merecen. Los
“señores políticos” hicieron su negocio (entre gallos y medianoche, como es su
costumbre) metieron a los militares a las cárceles, indultaron a los buenos e idealistas
“presos políticos” marxistas que propugnaban la violencia para acceder a la
dictadura del proletariado, los políticos de izquierda volvieron al poder
alternándose con los de derecha, ambos incursionaron con éxito en el mundo de
los negocios (algunos no muy limpios, desde luego) incluyendo financiamiento de
políticos de izquierda por empresarios de derecha, como es de público
conocimiento... etc., etc.
¿Y los militares? Para ellos la
culpabilidad machacada por décadas y la cárcel... y desde luego, con privación
de acceder a cualquier beneficio, hasta ahora manejada entre sombras por la
clase política, con clara participación de diversos funcionarios públicos,
varios de ellos dependientes del Ministerio de Justicia (sarcásticamente
denominado, además “y de Derechos Humanos”) Ahora van por una ley que
grotescamente conculque no sólo un derecho constitucional, el de igualdad ante
la ley, discriminando a un sector respecto del resto de la sociedad , con la
privación de beneficios carcelarios.
Tal vez esta artera puñalada tenga
el mérito de ser la última antes de que en Chile empiece a cambiar lo que hace
tiempo debió haber cambiado y se restablezca el respeto a sus “derechos” que
merecen los militares. Además de la razón les asiste la fuerza y los medios y
el coraje para ejercerla.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
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