No hay plazo que no se cumpla ni
deuda…
Ha pasado el fervor de los Juegos Panamericanos con una muy destacada participación del “Team Chile” en variadas disciplinas; el que contó además con una masiva y pacífica concurrencia que nos hizo recordar el Chile de hace varias décadas. Competencia que culminó con una decena de deportistas cubanos que abandonó su delegación para no regresar a la isla de la fantasía, buscando refugio en nuestra angosta y helada faja al extremo del mundo, hecho que la ministra Vallejo ─fiel a su ideología marxista─ trató de minimizar afirmando que hasta octubre 2023 se habían recibido más de 3.000 solicitudes de refugio de diferentes nacionalidades, como si lo anterior fuese de absoluta normalidad, pese al estricto control policial del régimen comunista; a esto se sumó desafortunadamente la ministra del Interior, quien lo atribuyó a una situación de connotación turística. De esta manera los chilenos hemos vuelto a la realidad, con la tradicional y exitosa Teletón que una vez más logró la meta propuesta y como contrapartida, el reverso de la medalla, la “nueva realidad”: El fracaso de la “educación de calidad” en la región de Atacama que mantiene a decenas de miles de estudiantes sin volver a clases y a punto de perder el año escolar; un voraz incendio en una toma de terreno en Coronel ─producto en parte, de una inmigración absolutamente descontrolada─ que le costó la vida a 14 personas, 8 de ellos menores de edad; y la nefasta herramienta del crimen organizado, el secuestro ─producto de exportación de la inmigración ilegal─ al cual también se ha sumado el hampa criollo con un resultado de tres tomas de rehenes en dos días, donde una vez más la ministro Tohá se “fue de lengua” y dio a conocer las negociaciones de la familia del empresario y el pago de rescate. Por si fuera poco, se agrega el lapidario informe del Contralor General por el robo y saqueo a los fondos de Vivienda en 15 secretarías regionales en el caso “convenios”; y el terrorismo en la Araucanía que ya es parte del diario vivir. El Oscar de los desaguizados se otorga al “escándalo del siglo”, que deja chicos a los dos robos del siglo ocurridos hace algunos años en el terminal aéreo de Pudahuel. Encabezado por el conocido abogado, militante y exjefe de inteligencia del Partido Comunista, Luis Hermosilla –según sus propias declaraciones durante el gobierno del General Pinochet– al darse a conocer un audio que compromete gravemente su honestidad por coimas supuestamente pagadas a funcionarios públicos del S.I.I. y de la CMF en beneficio de un cliente.
Pepe
Grillo vaticina a Toribio en que terminará este desastroso episodio que pone a
Chile en los primeros lugares de la corrupción en Latinoamérica. Si es que
termina, durará años, pues el audio fue obtenido en forma subrepticia, no será reconocido
por Hermosilla y por tanto no podrá considerarse como una prueba. No se habría materializado pago alguno a los funcionarios de las entidades señaladas; y los jueces le prestarán toda la
ropa disponible y saldrá impune, ni siquiera con clase de ética, a propósito de
una de sus obras: “Probidad y Ética
Profesional”
Bajo
este ambiente los chilenos debemos tomar una importante y trascendental
decisión el próximo 17 de diciembre. Aprobar o Rechazar el proyecto de
Constitución recientemente elaborada, plebiscito al cual debemos concurrir obligatoriamente.
Aún no se culminaba el proceso y los partidarios de una y otra alternativa, sin
conocerse el texto definitivo se aventuraban a recomendar lo que cada uno creía que era
mejor para el país. Politólogos, constitucionalistas, periodistas, dirigentes
políticos, parlamentarios, académicos, opinólogos, de los más variados colores
políticos o sensibilidades esgrimían y lo hacen en la actualidad, conocido el
texto a plebiscitar, con justificados argumentos en uno y otro sentido, y a medida
que el tiempo avanza los ánimos han empezado a caldearse y no han faltado
quienes han recurrido incluso a fuertes descalificaciones para ejercer el
dominio de sus preferencias. Por otra parte, las encuestas de opinión y las
múltiples cadenas sociales le agregan leña al fuego.
Toribio
como ciudadano viejo o viceversa, no puede estar ausente en este dilema y a su
juicio cree que vencerá la opción que meta más bulla y que logre arrastrar a la
mayor cantidad de votantes a su causa. La razón es muy sencilla. El padrón
electoral a nivel nacional suma 15 millones de personas y en el exterior no
alcanzan los 100 mil individuos. Faltando escasamente un mes ¿Cuantas personas
que ya se han comprometido con una opción han leído la Constitución? Levantar
la mano y todos bajaban la cabeza, cuando uno pedía un voluntario para salir al
pizarrón. Aquí será lo mismo, la mayor parte de la clase trabajadora, del
empleado, que pasa tres o cuatro horas en el día viajando para ir a la pega y
regresar a su casa, cansado, hambriento y dispuesto a ayudar con las tareas de
los hijos o a cocinar para el día siguiente
¿Tendrá ánimo para leerla y entenderla? Jamás fue parte de su
preocupación, como quedó plasmado el 4 de septiembre 2022. ¿Cuantos de nosotros
la hemos leído o la leerán? Mil, 5 mil, 10 mil, 50 mil. Ojalá.
¿Quién
se va a mamar 175 páginas, con 216 artículos y 60 normas transitorias? Claro,
nunca se pensó llegar acercarse a la de Francia, 89 artículos y 44 páginas;
Noruega, 192 artículos y 21 páginas; Alemania, 144 artículos y 145 páginas; ni
mucho menos la de EE.UU, 7 artículos y 27 enmiendas, 21 páginas. Pero hacer un
poco más liviana y sencilla su lectura no habría sido muy difícil. Toribio,
aprovechando la quietud de su islote y la majestuosidad del mar que lo baña y
comprendiendo la importancia de este acto cívico que redundará en el futuro de
nuestra nación según los entendidos en los próximos 40 o 50 años -lo más optimistas- independiente de los pecados que le
restan para rendir cuenta ante el Juez Supremo, se dio a la tarea de leerse el
mamotreto no solo una vez, sino dos, y la
última con destacador, amén de variados documentos de análisis que circulan al
respecto, lo que en ningún caso ─como lego─ lo convierte
en un experto y mucho menos capacitado para dar un consejo, sino que como ciudadano
de a pie séale permitido expresar su opinión.
En
lo formal, obviamente, es un documento
lato, que según su modesto parecer y considerando que es la regla básica de
nuestro ordenamiento constitucional, se extendió en demasía en algunos
artículos incorporando materias que debían haber sido incluidas posteriormente
por el legislador, según la respetuosa opinión de Toribio. Da la sensación que
los redactores desconfiando del quehacer de estos y de su desprestigio, les dejaron
muy “poco paño para cortar”; amén de acápites
de una misma materia distribuidos en dos y más artículos. Esta humilde pluma
echó de menos la asesoría de un corrector de pruebas. El abuso en ocasiones de
las comas, obligaba a leer dos veces el mismo párrafo ¿O será quizás causa de su “sejuela”? Toribio estima que era la
ocasión para desvincularse del lenguaje inclusivo: Consejeras y consejeros; gobernadores y gobernadoras; concejalas y
concejales; alcaldes y alcaldesas, y un largo etc. Y que al no ser general en
todo el escrito, en las oportunidades en que el género masculino usado correctamente
incluyó ambos, no faltará quienes aboguen posteriormente por una modificación. Habría
sido la oportunidad de modificar ─con el perdón
de las damas─ el nombre de la Cámara de Diputados y de Diputadas, sencillamente
por la “Cámara”, tal como el “Senado”, que incluye ambos sexos.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Continúa en el próximo blog. En elaboración
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