El derrotero a la destrucción de la nación. I. Parte
A los comunistas y a la izquierda en general les produce urticaria hablar de seguridad nacional o de geopolítica, descalificando a priori tales doctrinas, aunque ellos hagan uso de tales conceptos para lograr su siniestros propósitos. Esta columna en ningún caso pretende caer en un análisis bajo tales enseñanzas, sino tomarlas como un simple referente para ilustrar le decadente evolución de nuestra nación y en consecuencia del Estado chileno.
A partir de los conceptos de Kjellen que consideraba al “Estado como una forma de vida” y al geógrafo alemán Ratzel como un ser orgánico viviente, que nace, crece, desarrolla y muere dentro de sus fronteras, las que consideraba dinámicas, razón por la cual muchas naciones tomaron muy a pecho este concepto del dinamismo y traspasaron sus fronteras naturales en pos de un mayor progreso y desarrollo, que no es otra cosa que un mayor poder y suele no tener límites; la historia esta llena de ejemplos que son de dominio público, pero, que sin embargo, cumplieron con la última fase del ciclo -la muerte- y han vuelto a renacer, pero muy diferente a sus orígenes. Basta mirar el mapa de Europa, Asia, África producto de las dos guerras mundiales, América en menor grado y en ciernes, el futuro de Ucrania por las intenciones abiertas de Putin.
Pero, a diferencia de antaño ya no se requiere necesariamente ir a una invasión armada para alcanzar otros dominios, sino que ideológicamente, sin necesidad de traspasar fronteras territoriales ni pretenderlas, aprovechan las ventajas que da el Estado democrático, invadiéndolo en forma persistente a través de los últimos decenios con ideas y valores ajenos a la idiosincrasia de los pueblos. Así han encontrando un campo fértil en la juventud y en los sectores más precarios y menos ilustrados, apoyados por una formidable propaganda de múltiples ONG financiadas en parte por las riquezas más grande del orbe; desde las propias oficinas de la ONU; y del marxismo internacional que, pese al fracaso de la Unión Soviética -que hoy trata de reconstituir Putín como el antiguo imperio ruso- y de la caída del muro de Berlín con el término de la guerra fría -según se desprende en teoría- como especialistas en crear el caos y la subversión fomentan el miedo con un brazo y con el otro, difunden una utopía fracasada que no obstante, encuentra apoyo en mentes frágiles después de escuchar a intelectuales y agitadores culturales y políticos. Es la materialización de la teoría de Antonio Gramsci, vigente y puesta en práctica conforme a sus postulados, concediendo especial importancia a la educación y a quienes ofician como intelectuales y operadores culturales, permeando la sociedades de todo el mundo al procurar una nueva concepción de este, que en América ha sentado sus bases en el Foro de Sao Paulo y en el Grupo de Puebla, su sucesor.
El itinerario del desastre que se avecina en América data desde varias décadas y como muy bien lo relata un estudio de Valeria Insfran M., surgen antecedentes muy poco conocidos, como que Wall Street financió la Revolución Bolchevique de 1917 y los Rockefeller apoyaron la Revolución Comunista China, generándose la idea que el comunismo podría ser el medio de dominación de los grandes capitales en el mundo, protegiendo a los gobiernos de turno o “por medio de monopolios, expulsando a los competidores y reduciendo la competencia.”¿Les suena conocido? Se confirmaría así que la perversa y genocida ideología comunista “sólo sigue existiendo por una poderosa fuerza tras ella, financiación constante y apoyo permanente de los grandes poderes mundiales.”
En 1982 los principales banqueros del mundo, fundaciones, organismos no gubernamentales, la Universidad de Yale, hasta la propia Reserva Federal N.A. y otras entidades crearon el Diálogo Interamericano, dando origen al decálogo de la globalización: 1.“Desmontar los Estados Nacionales, 2. Desmoralizar las Religiones Tradicionales, 3. Forzar el desempleo, 3. Limitar el desarrollo de los países con la propaganda chantaje ambientalista, 4. Disminución de las Fuerzas Armadas de los países, desarme, 5. Cultura de la Paz, DD.HH., 6. Reducción drástica de la población, 7. Agenda de Género, 8. Liberación de las drogas para la pacificación química de las mentes inquietas, 9. Diseminación de las prácticas de control mental a través del Instituto de Stanford y Tavistock, 10. Control de la Educación”; objetivos similares al Foro de Davos y que la ONU apoya. El mencionado “Diálogo” apoya la tesis de la soberanía limitada, el derecho a la injerencia y la interdependencia entre las naciones, lo que obviamente no parece aplicarse a países dominados por el comunismo.
En 1990 se fundó el Foro de Sao Paulo a instancias de Fidel Castro y Lula da Silva donde se congregaron 48 delegaciones de partidos comunistas y otros de izquierda radical de Latinoamérica y el Caribe. Lula, luego fue presidente de Brasil, al término de su mandato enfrentó acusaciones por los turbios negocios de la empresa Oldebrech en varios países y cumplió años de cárcel. Hoy se encuentra en libertad y es el candidato a la presidencia con las mayores posibilidades de triunfo.
En 1993 se firmó el Pacto de Princeton entre Fernando Enrique Cardozo, representando al Diálogo Interamericano y Lula Da Silva, al Foro de Sao Paulo, coordinado por el Secretario de Estado de Bill Clinton, W. Christopher. De acuerdo a la investigación de Valeria Insfran, se hizo posible que llegaran a los gobiernos latinoamericanos personas vinculadas al terrorismo como “Pepe Mujica, Dilma Rosouf, García Lineras, Michele Bachelet, y la propia candidatura de Petro. Formando parte de la agenda el “ignominioso Acuerdo de Paz con los narcoterroristas de las FARC”, el control poblacional y el debilitamiento de la iglesia católica, debilitamiento de los partidos políticos de la élite, debilitamiento de las Fuerzas Armadas y el compromiso a contribuir a la apertura comercial de Cuba, entre otras”.
Las nuevas herramientas de avance del llamado socialismo del siglo XXI, donde se anidan los partidos comunistas, han importado desde Europa y USA el patrón respaldado por el Foro de Sao Paulo, como el feminismo, el lobby LGTB+ -que algunos fanáticos suman más de cien variedades de genero-, el indigenismo, el ecologismo, los derechos humanos distorsionados en favor de delincuentes, el multiculturalismo, el aborto libre, el matrimonio homosexual, la liberación de la mariguana, la distorsión del lenguaje entre muchos otros, y que desgraciadamente ya han sido anunciados en la Convención Constitucional.
A tanto ha llegado la distorsión de la defensa de los derechos humanos, que una abogada que se dedica a tales fines fue asaltada hace pocos días en la capital por un moto chorro, clamando ayuda en forma desesperada a su llamado acudieron varios vecinos que lograron detener al delincuente. Llegado Carabineros se opuso a que fuera detenido, no denunció el hecho -lo que hizo un vecino- y digno de Ripley habría solicitado que detuvieran a vecinos por maltrato al delincuente.
Regresando al Foro de Sao Paulo, el vacío dejado por el desaparecimiento de la Unión Soviética ha sido ocupado por dicho organismo copando las organizaciones sindicales y de la sociedad civil; universidades y colegios; organizando movimientos de masas, causando caos, destrucción y desórdenes como lo hemos conocido en Chile en los dos últimos años. Han destruido la paz social; el narcotráfico ha sentado trono en nuestras poblaciones; el terrorismo reina en macrozona sur y la inmigración ilegal en la ahora macrozona norte; las aulas copadas con profesores marxistas que desde temprana edad llenan la cabezas vírgenes de sus alumnos en forma desembozada de esta pseuda nueva cultura; y en las universidades se preparan los nuevos agentes culturales que lucharán contra las instituciones republicanas que a través de 200 años, lograron colocar a Chile a la cabeza de los países de Latinoamérica.
Basta recordar que el propio Kissinger en 1974 propiciaba: “Se deben cambiar los preceptos religiosos y culturales de los pueblos que hacen inviables las políticas de control de natalidad. Los encargados de implementar esas políticas deben ser los de los países, previamente reeducados en los países del Norte”
A partir de 2019 está en escena el Grupo de Puebla, representado por la élite del Foro de Sao Paulo, con participación incluso de España y cuyos objetivos principales de la mal llamada agenda progresista son muy similares a los del Diálogo Interamericano:
1. Aborto libre, legalización de drogas, promoción de la homosexualidad y de la identidad de género.
2. Desmitificar la religión y atentar contra sus símbolos.
3. Controlar la educación mediante el adoctrinamiento político y fomentando la lucha de clases.
4. Introducir en las FF.AA. personas proclives al partido.
5. Magnificar la corrupción y la ineficiencia de los partidos tradicionales.
6. Campaña de desprestigio y persecución a los grandes empresarios.
7. Expropiaciones masivas de terrenos y empresas.
8. Colocar en manos del Estado todos los bienes de producción.
9. Reforma de la Constitución y de las leyes electorales, entre otras
Basta observar las iniciativas desplegadas al interior de la Convención Constitucional, para comprobar como se ha ido cumpliendo esta agenda progresista y varias de las cuales ya han sido aprobadas.
Fernando Hormazábal Diaz
General de Brigada (R)
