Solo
pasa en Chile
El titulo
no es original, lo escuché al paso de un matinal. No creo que se haya notado la
ausencia de Toribio ante el diluvio de columnas y de sucesos anecdóticos
-siendo bastante benevolente- con lo que desgraciadamente forma parte ya nuestra
desgraciada normalidad. El hecho es que Toribio, como cualquier chileno, no estuvo
ajeno a los variados acontecimientos del diario vivir; y pidiendo excusas por
citar un caso particular, probó en carne y hueso las “bondades” de algunas
clínicas privadas. Mi cónyuge, afiliada a FONASA, se atiende regularmente en la
Clínica Cordillera, al que los vecinos de Las Condes gozan de un trato
preferente en los policlínicos y exámenes, por lo general oportuno y muy
económico, no incluyendo la hospitalización que parece ser el gran negociado de
esta. El hecho es que, atendida por un médico cardiólogo ante una patología
detectada y la baja saturación que presentaba, fue derivada de inmediato a
Urgencia. Fue atendida y sometida a diversos exámenes, no obstante, haberse
informado del diagnóstico de una ecodoppler. Para hacer corto el relato, el
médico determinó que debía ser hospitalizada, pues en la Guardia Médica no era
posible hacer frente a los problemas detectados. Iniciados los trámites rigor,
el funcionario en cuestión, después de informar que la hospitalización no era
subvencionada por la Municipalidad, me disparó a boca de jarro que el valor
diario de cama era de $700.000 y que debía abonar la cantidad de $6 millones.
Ante la consulta de si podía firmar un pagaré o hacer uso de mi tarjeta de
crédito, respondió en forma negativa; luego al requerir las razones de no haber
sido informado al ingresar a la Clínica, contestó que eran instrucciones de la
gerencia. Después de haber permanecido casi 5 horas en dicho establecimiento,
alrededor de las 02 de la madrugada debí trasladarla al Hospital Militar en mi
automóvil, debiendo haberlo hecho en una ambulancia y con oxígeno, pues al
decir de un médico del HOSMIL llegó en un estado clínico de preocupación, lo
que fuera confirmado en los días siguientes.
Estos
hechos, sumados a la pérdida de tres compañeros de curso en 10 días, lo que
indica que las balas están picando muy cerca, y el de una gran amiga de mi
esposa, me han mantenido prácticamente ajeno al acontecer noticioso, como
también acoger la nutrida información de las columnas de mis amigos. No obstante,
mi renuencia a informarme las malas nuevas rompe la barrera del sonido,
confirmando que esto solo pasa en Chile. De partida escuchar al ministro
comunista de justicia decir que Gendarmería mantiene el control de las
cárceles, mientras un reo penado por homicidio degolló a un compañero de celda,
detenido por tráfico de drogas, cae por su propio peso. Permanentemente
Gendarmería informa del requiso de cientos de celulares, drogas y armas
blancas, lo que indica que el control no es tan eficiente. En Punta Peuco, en
los más de 20 años que lleva un interno se le encontró un celular y los
castigaron por dos años enviándolo a una cárcel de alta seguridad.
El actual
canciller se suma a los ya desprestigiados ministros de Hacienda y ex de Justicia,
hoy subsecretario de Interior, manteniendo un servicio cargado a la “identidad
de género” más que en el profesionalismo, con amigotes del mandatario como
embajadores tan picantes como el que los designa y con otro “virtual” con 20
pepas mensuales sin moverse de su escritorio en Chile, cuando la pega la podría
hacer el Cónsul.
La
diputada Orsini, hoy hospitalizada, me imagino que, en la casa de orates, sigue
dando la hora por su affaire con el futbolista Valdivia, sumando desprestigio a
la “Honorable Cámara”. Y como a la gran mayoría de los chilenos le gusta la
farándula y la copucha, los canales de TV hacen nata con estas noticias,
mientras el país se hunde cada día más en el fango. Entretanto, en el barrio,
Perú a pesar de las repetidas crisis internas, siguiendo las políticas
económicas que nosotros abandonamos desde que llegó la democracia, nos supera
ampliamente en las exportaciones de las frutas; ha construido un mega puerto
que amenaza con dejar a los nuestros solo con cabotaje; ha renovado su flota de
aviones de guerra. Mientras que Marcel le quita fondos a Defensa para darlos a
Cultura, negando además los recursos establecidos por ley de la República para
mantener sus capacidades estratégicas. Milei, en Argentina, ya está dando
frutos bajando la inflación y eliminando ministerios, mientras a Chile lo
ponemos a la cabeza de la serie con 24 carteras, excepción de Venezuela que
tiene 33 al igual que muchos países africanos.
Y continuando con el hilo de este rosario de penalidades, “chilito” a punto de perder la visa Waiver
gracias a la exportación no tradicional de 100 bandas de ladrones que asolan
EE.UU; mientras que, anuncios del Gobierno de “empadronar” ilegales desatan nuevas
olas de inmigraciones que afectarán los derechos de los chilenos más desposeídos,
contando con el apoyo de algunos empresarios para contratar mano de obra barata
en reemplazo de la nacional y colmando las calles de Chile con comercio
informal, convirtiéndolos en baños públicos y dormitorios a la intemperie. Mientras
a los robos en despoblado parece sumarse la Universidad de La Frontera, La
Moneda no deja de caer en escándalos con acoso reiterados a funcionarias por un
“machote” protegido justamente por su jefa; y eso que estamos hablando de un gobierno
feminista.
En política
nada nuevo bajo el sol, la derecha sigue desunida para enfrentar las próximas elecciones.
Republicanos quieren estar en la papeleta, ante el anuncio de la señora Matthei
de proseguir con el gobierno de Piñera, o sea aceptando el aborto libre,
apoyando el movimiento LGTB+ con bandera incluida y ahora darle nacionalidad “por
gracia” a los venezolanos, hasta un nueva CPE., etc., etc.
Y el funesto
personaje que ocupa el sillón de O´Higgins, parece seguir meando en el “casco
de un general.” Pues por segunda vez no asiste al acto republicano de presidir
la ceremonia de graduación de Oficiales del Ejército, lo que motivara una dura crítica
en El Mercurio, por parte de un colega general que cuenta con el apoyo unánime
de sus camaradas de armas y de muchos chilenos. Pero como Toribio no tiene pelos
en la lengua, señala que, recibir a un atorrante, picante y ordinario; ex
mechero, estudiante fracasado, vestido como basurero, con zapatos rotos o con
abrigo sobre pijama o en bicicleta, y rendirle honores con armas con toda la Escuela
Militar, no se lo merece. Mejor que no se aparezca y se dedique a promocionar y
cuidar a su futuro hijo incubado en concubinato. Que culpa tendrá el pobre. ¡Que
Dios lo bendiga! al hijo. Solo pasa en Chile
Fernando
Hormazábal Díaz
General
de Brigada (R)