a. Paranoia y esquizofrenia.
Encabezo
el apartado de esta forma, porque lo rescaté del calificativo dado por el destacado abogado, profesor universitario, constitucionalista
y observador internacional Fernando Saenger G, en una entrevista radial que le
hiciera José de la Carrera: Paranoia colectiva, psicótica, para hacer un plebiscito
en estas condiciones. Inicialmente la encontré un tanto fuerte, pero
posteriormente, indagando en los conceptos no pude menos que estar de acuerdo
con él. Y me permito agregar de mi cosecha la esquizofrenia. Es que no puede
ser más acertado considerar paranoicos y esquizofrénicos -con el debido
respeto- a todos aquellos parlamentarios y dirigentes políticos que
trasversalmente, persisten en llevar a cabo el plebiscito dada la situación de
grave pandemia que afecta aún a gran parte del país, acrecentada por la
subversión urbana y el terrorismo cada vez mayor en la macrozona del sur. En
los momentos que escribo estas líneas se ha producido un nuevo atentado que
destruyó 15 maquinarias y camiones de pequeños empresarios, dejando sin fuentes
de trabajo a un número importante de trabajadores.
Por favor, refútenme. Los paranoicos son de
ideas fijas, obsesivas y absurdas, basadas en hechos falsos o infundados, junto
a una personalidad bien conservada, sin pérdida de la conciencia ni alucinaciones;
y los esquizofrénicos son personas que sufren por un trastorno que afecta la
capacidad de una persona para pensar, sentir y comportarse de manera lúcida. Y
estos síntomas son los que padece toda la clase política. Ocho sufragios entre
el 25 de octubre y el primer semestre del año 22; solo en un mes tendremos dos,
el plebiscito del 25 y las primarias de gobernadores regionales y alcaldes el
29 de noviembre; cuatro meses después, las elecciones de Gobernadores
Regionales, alcaldes, concejales y Constituyentes, en caso de que triunfe el
apruebo. El país semi quebrado, con una cesantía de dos dígitos y seguimos
botando dinero en propaganda, financiamiento de los eventos electorales, etc., etc.,
y restando el poco tiempo que le dedican los dioses de la corte celestial
para legislar, con 46 proyectos en carpeta que duermen seguramente contagiados
con los pitos de algunos señores, porque además hay que privilegiar las
acusaciones constitucionales. Es una verdadera orgía y hemorragia de elecciones;
claro, porque
los honorables con la dieta, viáticos y privilegios de que gozan no son permeables a las necesidades de los chilenos, y se agotan
en palabrería huera, obviamente, con rarísimas excepciones. ¿Por qué no siguen
el ejemplo de la Canciller Angela Merkel, o de los parlamentarios suecos? tanto
que les gusta mencionar a estas naciones como ejemplo.
b. La ceguera y sordera.
Como los iluminados viven en otro mundo y
al parecer en permanente extravío, un grupo de destacados abogados de la plaza presentó
un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, es decir lo
que debían haber hecho los señores políticos lo hace un grupo de
chilenos que solo piensan en el bienestar de la población, a diferencia de los
anteriores que solo lo hacen en beneficio particular y de sus colectividades.
Desde que se decretara la alerta
sanitaria, los primeros días de febrero del presente año, los chilenos hemos
podido seguir la curva ascendente de esta epidemia. El 3 de marzo se detectó el
primer caso de contagio y quince días después se decretó el Estado de Excepción
Constitucional de Catástrofe, fecha en que sumaban 238 los casos. Mediante este
decreto la autoridad estableció una serie de restricciones a los
desplazamientos, cuarentenas y el toque de queda, lo que obligó a la
paralización de gran parte de la actividad en el país, con los daños económicos
y sociales que todos hemos padecido, menos ellos, los intocables. El 26
de marzo con una nueva reforma a la Constitución se modificó la fecha del
plebiscito para el 25 de octubre del presente, a esa fecha los casos de
contagios sumaban 1.306 y 4 fallecidos. Con fecha 11 de septiembre el
presidente Piñera mediante nuevo decreto extendió el Estado Excepcional
Catástrofe por 90 días, en circunstancias que el número total de contagiados
ascendía a la cantidad 430.535 personas y los fallecidos sumaban 8.850; y al
momento de elaborar esta columna, el 9 de octubre la cantidad de contagiados
alcanzaban los 477.000, con 14.139 fallecidos y cerca de 70.000 casos activos.
Destaco estas cifras puesto que el
gobierno en el decreto de extensión del estado excepcional, como lo expresan los
abogados en el auto del recurso de protección, hizo referencia a las normas
constitucionales del derecho a la vida y a la salud, como asimismo a las
razones invocadas para la postergación del plebiscito dado “que la salud de
nuestros compatriotas y de todas las personas que se encuentran en Chile, está
en peligro y que era necesario la superación de la emergencia sanitaria,
con el objeto de asegurar que cuente con altos niveles de participación
electoral. Los recurrentes enfatizan que la situación derivada del Covid-19
aun afecta a gran parte de la población del país y del territorio nacional,
subsistiendo en consecuencia las circunstancias que anteriormente motivaron
diferir la fecha del acto plebiscitario. Los hechos antes señalados ponen de
manifiesto la ceguera y sordera del gobierno pusilánime, en persistir
obsesivamente en realizar el acto electoral en estas condiciones,
contraviniendo claramente la C.P.E en los artículos N°19 N°1 y N°9 poniendo en
grave peligro el derecho a la vida, la integridad física y psíquica y la
protección de la salud de todas las personas. Paradojal, estúpido y más grave aún,
es el hecho que el ministro de la Secretaría General de Gobierno amedrente a
los adultos mayores, inmunodeprimidos y con factores de riesgo, para que no
concurran a cumplir con el deber ciudadano.
c. La inconsecuencia de las reformas
constitucionales.
El constitucionalista que aludimos al
inicio de esta columna, presentó un recurso de protección a la Corte de Apelaciones
de Concepción, el cual fue desestimado por la Corte Suprema al considerar que escapaba
a su competencia y jurisdicción. Como carezco de las aptitudes necesarias para objetar dicho argumento, lo que hizo la Corte Suprema en mi
modesta opinión fue sacarse un pillo, -aludiendo a los que otrora
jugábamos pool o billar- es obvio que el máximo tribunal no se quiso
comprometer y echarse encima las catervas drogadas y azuzadas por la izquierda
radical y verse en el peligro de represalias, temiendo por sus vidas y por la de sus familiares; porque a eso hemos llegado. Si en plena democracia y cuando
el país estaba en calma asesinaron a un Senador de la República, no faltaría
que más de un desquiciado se desbordara.
La izquierda experta en la mentira y en
el arte de engañar a las masas débiles, ignorantes o ingenuas, ha centrado en
su campaña el hecho de que hay que reformar la Constitución de Pinochet, sin
embargo, ocultan deliberadamente que la reforma que se pretende modificar es la
Constitución del año 2005, del presidente Lagos, y que mejor prueba recordar lo
que expresara el expresidente al momento de su aprobación: Chile cuenta con
una constitución que ya no nos divide, sino es un piso constitucional
compartido, desde el cual podemos seguir avanzando en el perfeccionamiento de nuestra democracia y el texto publicado en 1980 poco tiene que
ver con el actual proyecto constitucional. Lo anterior es un hecho de la
causa; a principios del año en curso, hice un estudio de las reformas
incorporadas a la constitución desde el año 1989 al 2020, que arrojaron 33 innovaciones
con 214 modificaciones a diversos artículos, a lo que habría que sumar las del
presente año.
Por otra parte, no deja de ser un
absurdo, como lo señala Saenger, que la reforma constitucional del 2005, estipula
que para los plebiscitos rigen las mismas leyes de los partidos políticos, las leyes
de votaciones populares y escrutinios; y las leyes del Tribunal Calificador de
Elecciones, no obstante, una reciente reforma constitucional aprobada por
los supuestos dioses incompetentes del Olimpo criollo, autorizó al Consejo Directivo
del Servicio Electoral para dictar
normas y leyes especiales y diferentes a
las que estipula la ley de votaciones y escrutinios. El constitucionalista
enfatiza que el congreso no tiene atribuciones para delegar a otra autoridad
que no sea el presidente de la república, lo que constituye un resquicio legal
-otro más- constituyendo un atentado a la certeza del derecho, lo que
es un absurdo. El mencionado Consejo, redactó un ¿protocolo? con la prohibición
de realizar actos masivos de campaña en comunas con cuarentena, por las
circunstancias que nos afectan bajo el Estado de Emergencia, que bien sabemos
se extiende hasta diciembre del presente año. Esta delegación no es legítima y
deslegitima el plebiscito. Pero, nuestro ministro del Interior que ya está con
la soga al cuello, publicó una norma autorizando a que los partidos políticos
pueden hacer actividades de campaña, optando por un permiso especial a través
de la Comisaría Virtual de Carabineros. Otra vez lo señores políticos, y no iba
a ser una constitución que íbamos a redactar todos los chilenos, pero, resulta
que los independientes para poder inscribirse necesitan el 0,45% de las firmas
de personas del distrito respectivo y ante notario, además de dinero personal
para sustentar una campaña.
Otro hecho que demuestra la ineptitud de
nuestros legisladores, es que en cada oportunidad en que pretenden hacer su
pega, lo hacen pensando en su futuro y no en el bien del país. La
norma constitucional que rige los plebiscitos no establece un quorum mínimo
para su validez; lo que por el contrario cuando se redactó la Ley de
Municipalidades los congresistas fueron mucho más criteriosos, pues se necesita
la participación del 50% del electorado de la respectiva comuna para los
plebiscitos. Esta situación no puede ser más absurda, lo que devela una
falta de racionalidad, falta de ponderación, falta de equilibrio, porque
a ninguna persona con el mínimo de sentido común se le puede escapar que la
naturaleza de los problemas comunales es notablemente inferior a los
plebiscitos constitucionales.
Pero así están las cosas, la estupidez de
nuestras autoridades y legisladores es abundante y jamás escasea. Para las
elecciones del año 2017 el padrón electoral era de 14.308.151 personas, votaron
7.032.523, o sea un 49,15% y el porcentaje de los votos válidamente emitidos alcanzó
el 48,6%. Si extrapolamos estas cifras al padrón actual, que se estima en
14.830.000 electores -solo como un ejercicio- tendríamos 7.207.380 válidamente
emitidos, y cualquiera de las dos opciones que triunfe necesitaría 3.603.691
votos, es decir el 24% del padrón electoral, es decir un gol de media cancha
con arco desguarnecido para cualquier opción que triunfe. Ahora si la
concurrencia es menor no habría palabras para expresar esta desazón, gracias al
voto voluntario…..
d. Reflexiones
finales.
Para
ningún chileno medianamente informado, puede dejar de reconocer que el país padece
de una crisis económica, social, moral y política jamás vista desde el término
del gobierno militar, dictadura o recuperación de la democracia, para dejar contento
a todos. Y los que somos más viejos, de ochenta y tirando para noventa, es
superior al conflicto del 73. Lo paradojal es que ha sucedido con un gobierno
de derecha elegido por un amplio margen, no observado antes a través de la historia
por una administración de esta orientación, cuyo líder engañó a sus electores,
olvidando el programa de gobierno en que basó su candidatura y haciendo
precisamente todo lo que la izquierda perdedora pretendía hacer si salía
elegida. A sus antecedentes de corrupción en el ámbito privado, que le
brindaron enormes riquezas, quienes votaron por él y lo excusaron pensando que
era el mal menor a pesar de sus siniestras operaciones, hoy lloran por la
leche derramada, al percatarse que sin duda alguna el señor Piñera ha
pasado a encabezar la lista de los más nefastos presidentes de la república, al
entregarnos en brazos de una izquierda radical y marxista.
Por esta razón hago un llamado a todos
los adultos mayores y viejos como el autor de estas líneas, a salir de sus
casas el 25 de octubre, que lo hagan sin temor, debidamente protegidos y
entregar su voto por el RECHAZO, es la única opción válida para salvar la
República. Pero que no lo hagan por cumplir solo un deber cívico, sino como una
contribución a nuestros nietos y próximas generaciones por un futuro más
próspero y digno. Aunque se corra un riesgo, nunca será mayor como la
destrucción de la nación y que sea el último sacrificio de nuestras vidas. Por
lo menos yo lo haré por la Valentina, el Pipe, Clemente y Olivia. ¿Tú
estarás dispuesto(a) a hacer lo mismo por los tuyos?
YO VOTARE RECHAZO Y
ANULO. NO
ESTOY DISPUESTO A COHONESTAR CON MI VOTO EL MAL MENOR
FERNANDO HORMAZABAL DIAZ
General de Brigada (R)
Distinguido general (r), don F. Hormazábal, los animales cuando hay " comida abundante" entran en lo que se denomina Frenesí Alimentario". Creo que los politicos del país han entrado en un FRENESI de PODER SOBRERREMUNERADO.
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