sábado, 11 de septiembre de 2021

94. SEPTIEMBRE. ¿MES DE LA PATRIA, MES DEL EJERCITO?

         


   ¡Oh Patria mía! ¡Que se hicieron nuestras banderas!

 

No faltará a muchos entre quienes han vandalizado las ciudades, destruyendo propiedades, iglesias, el mobiliario urbano y cometiendo sacrilegio contra los monumentos a nuestros héroes o ultrajando nuestra bandera -ante la ominosa culpabilidad de la autoridad- preguntarse por qué el Ejército se ha atribuido este mes para su conmemoración. 

Es que no solo nació la república en este mes, sino que el Ejército de Chile que brotó junto ella la hizo posible. O “Higgins, los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez, etc., entregaron sus vidas para el logro de este sagrado propósito, continuado después por Prieto, Bulnes, Montt y muchos más, que, desde las aulas, las letras, el abnegado trabajo a lo largo de nuestra angosta faja de tierra y en los campos de batalla la han consolidado a través de toda nuestra historia.

            Que mal agradecidos hemos sido con ella. Hoy no se ven volantines con nuestra bandera, ni guirnaldas tricolores adornando los escaparates de las tiendas o en los comercios más modestos de las poblaciones; menos los trompos con las tonalidades de nuestro pabellón danzar en las calles, plazas o en las manos de los más diestros. Ya nadie pinta las fachadas de las casas, ni siquiera borran las vulgaridades y ofensas, que la señora ministro de la Cultura otrora considerara como parte del arte urbano. Una que otra bandera en mástiles de edificios representando a una comunidad ausente, descoloridas por la acción del tiempo y empapadas del smog capitalino. A través de mi escritorio mientras escribo estas líneas que pocos leerán, observo la mía que ondea en mi terraza en medio de un océano de edificios, pequeña pero erguida y firme como muestra de agradecimiento y orgullo; me imagino la bandera de la Esmeralda en medio del inmenso océano antes de hundirse con ella al tope.

            Hoy, 11 de septiembre, día con un cielo gris, oscuro y frío. Y era que no, cuando nuestra república está amenazada de extinción por una corriente “progresista” -así se llaman- que busca refundar las instituciones básicas de ella, desconociendo su bandera e injuriando el himno patrio; echando por la borda lo construido a través de dos siglos, guiados por un indigenismo cautivado por la izquierda, y que, pese a los privilegios de ostentar cupos reservados, no obstante, su mínima representatividad, hasta sus propios congéneres lo han descalificado.

 Como no va a estar triste este día, cuando suman 115 camaradas de armas que ofrendaron sus vidas por salvarnos del comunismo -que hoy está en ciernes- han fallecidos estando procesados o condenados. 30 de los cuales, bajo el gobierno del actual mandatario, que prefirió indultar a más de 13.000 delincuentes y ha negado todo beneficio que la ley otorga a la población penal de ex miembros de las Fuerzas Armadas y cuerpos policiales, cuya edad promedio es de 75 años, algunos superando los 90 años. Hoy día alrededor de 80 de ellos son víctimas del COVID, habiendo cobrado la vida a cuatro internos en las últimas semanas, y otros que se encuentran de extrema gravedad. Pero, ello no parece importarle tanto al innombrable como a su ministro de Justicia, en el pasado un ferviente admirador del Gobierno Militar y en particular del presidente Pinochet, al cual seguramente hoy se referirá como dictador, lo que no decían sus empalagosas cartas.  

Por ello, en esto día lleno de angustia y escepticismo por el futuro, tan diferente al que hace 48 años nos trajo alegría y felicidad, me sumo a los versos del inigualable Víctor Domingo Silva.

¡Cómo siento que fulgura; con qué ardores, la gloriosa conjunción de tus colores, flor de magia, hecha de fuego, de heroísmo, ¡de ideal! ¡La bandera! La soñamos inmortal con su blanco, con su rojo, y con su azul, en que descuella perla viva y colosal, ¡esa estrella arrancada para ella al océano de luz del cielo austral!

¡Que te han hecho Patria mía! ¡Cuán mal te han pagado tus hijos! Sin duda, los viejos que ayer luchamos por ella, fallamos y no fuimos capaces de traspasar a las futuras generaciones las experiencias de un régimen nefasto, que tantos sacrificios no significó para poder poner a su fin. Y en el otoño de nuestras vidas solo nos angustia con temor vuestro porvenir.

 

Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)

 

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2 comentarios:

  1. Patria querida. Hemos abandonado a nuestros héroes. Paro, hemos trabajado duro por tí. Prometo nunca más olvidar a los que han pagado por nuestra libertad

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  2. Nunca más abondonaremos a nuestros heroes y gente de ChiLibre.

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