Damos inicio a este blog

    Mi blog tratará de aportar mi visión particular sobre los acontecimientos políticos que envuelven a nuestra querida nación, cuya única fuente de inspiración es la de haber recogido experiencias recogidas a lo largo de mi vida bajo los distintos escenarios políticos conocidos desde que que tengo uso de razón, y la lograda durante más de treinta años en que integré el ejército de mi patria, a cuya causa me entregué por entero con estricto apego a los valores fundamentales que la sustentan y a la que seguiré aportando hasta el último hálito de vida.    

Según pasan los años

      Una vieja canción de Frank Sinatra, “Según pasan los años”, de una película igualmente inolvidable: “Casablanca” -que dificulto ambas sean conocidas por la población joven- decía en parte de su letra: Los años llegan y para serte sincero quiero llegar a 70 con la solidez del hierro…que yo adapto a lo siguiente: “quisiera llegar a los 90, -pasé la barrera de los 80- con la tranquilidad que mis hijos y nietos gocen de un país en paz, en libertad plena y en armonía.

      Pero lamentablemente, no logro ver la luz al final del túnel, que me parece cada vez más largo y tormentoso; en especial, al constatar que nuestros compatriotas más frágiles y desposeídos, cuya precariedad ha sido víctima no tan solo de la pandemia que aflige al mundo entero, sino a partir del estallido delincuencial, creado, organizado, dirigido y financiado por los mismos que comenzaron a destruir nuestra democracia a fines de la década de los sesenta, alcanzando el rigor mortis, bajo el gobierno de la Unidad Popular, ha caído bajo las garras y fauces de quienes pretenden instaurar en nuestro Chile un sistema fracasado en todo el mundo, aprovechando su vulnerabilidad, inocencia y desinformación, que es el terreno fértil para que la mala hierba crezca, desarrolle y propague.

      Demasiado optimista, jamás pensé que a partir de 1990 se iba a comenzar a minar paso a paso las bases dejadas por el Gobierno Militar - al cual serví con abnegación y sacrificio familiar- y de lo que me siento orgulloso y no arrepentido. Amante de la historia, omití, sin embargo, un viejo adagio popular: “El hombre es el único animal que tropieza dos o más veces con la misma piedra.” En efecto, el clima de inusitada violencia verbal y destrucción que a diario observamos los chilenos, a pesar del estado de emergencia que vive el país, con toque de queda incluido, con una carencia absoluta de respeto a la autoridad, a las entidades policiales y fuerzas armadas, sin que éstas puedan actuar cohibidas por una reglamentación impuesta por decreto, como una guillotina que se cierne sobre sus cabezas, de terminar con sus carreras o recluidos en un penal, de lo que aprovechan narcos, delincuentes, subversivos y terroristas, bajo la impunidad de la autoridad gubernamental, la justicia, partidos políticos y en especial parlamentarios que transversalmente desde su tribuna se han convertido en cómplices pasivos de la destrucción de la república, con un silencio ominoso al no combatirla frontalmente y participando de iniciativas inconstitucionales, aprovechando la falta de liderazgo del mandatario, y de parte de sus aliados políticos que se han sumado al coro popular que solo busca el poder por el poder, sacrificando a las actuales y futuras generaciones, que tendrán que responder por el festival de ofertones, existiendo un sinfín de recursos mal aprovechados y dilapidados que el gobierno no ha querido echar manos, y que los señores de la corte celestial -el Congreso-  han dilatado por espacio de varios años, negándose a cooperar por el sufrido pueblo, al que tanto dicen defender.

      Jamás pensé que volvería a escuchar encendidas declaraciones llamado a la desobediencia y a la subversión, como las que con desenfado recordara del Che Guevara, en la propia sede de la ONU; o de Miguel Henríquez y asociados del MIR; o de Carlos Altamirano, llamando a la subversión de la Armada, y que fuera el detonante para la intervención militar del 73. Hoy ya se han hecho públicas las amenazas y desafíos del MIR con nuevos dirigentes, a los que han sumado en forma abierta diferentes cabecillas de comunidades mapuches, que han implantado el terror en la macrozona del sur sin que al gobierno parezca importarle.

      Todo lo anterior, me hace vaticinar un triste y cruel presagio, que volvamos a tropezar con la misma piedra y me impida alcanzar el sueño de la canción.

Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)