lunes, 28 de septiembre de 2020

19. TRAGEDIA AD PORTAS.

 

a. La Constitución de Bachelet

       Inicialmente, tenía previsto hacer un análisis comparativo entre nuestra actual Constitución y el proyecto constitucional de Bachelet, enviado al Congreso poco antes de dejar su cargo, en estricta consonancia con el Programa País impuesto desde la ONU a través del PNUD como lo indiqué en mi blog anterior. Sin embargo, lo estimé inconveniente, en primer lugar, porque nunca fue tratada en el Olimpo criollo -menos mal- y en segundo término, porque no puedo aventurarme a oficiar de constitucionalista, pues carezco de las competencias necesarias. A pesar de ello, con el objeto de tener presente lo que se nos podrían colar en la Constitución que pretende la izquierda a través del próximo plebiscito, incluida la DC -que hace mucho tiempo dejó de ser de centro izquierda- he creído oportuno enunciar algunos aspectos que sin duda los constituyentes de izquierda abogarán por incluirla, y si no alcanzan los 2/3, como ellos mismos lo han declarado públicamente, lo harán mediante un ley con mayoría simple al contar con la supremacía en ambas cámaras.

         Bachelet señala que su iniciativa formaba parte de las tres grandes metas propuestas durante su pasado gobierno, junto a la Reforma Educacional, que fue un fracaso, y a la Reforma Tributaria que resultó peor que la anterior, ocasionando la caída de su ministro de Hacienda y autor de ella, que hoy descansa en un muy buen puesto y bien remunerado cargo en la CEPAL, otro de los enclaves de la izquierda internacional. En una larga introducción pretende justificar la validez de su proceso constituyente abierto a la ciudadanía, manejado desde un comienzo por la eficiente izquierda, ante la durmiente derecha, como también en los cabildos provinciales y regionales, cuyos frutos nunca se conocieron y que presuntamente se habrían traducido en su iniciativa legal con redactores que no se mencionan. Obviamente, en el preámbulo descalifica la Constitución de 1980, dejándola buena para nada y repitiendo como un rito litúrgico lo que reiteran todos los marxistas sin saber en qué consiste, la consagración y ejecución de la doctrina de seguridad nacional, a pesar que su proyecto en varias ocasiones la alude.

         ¡Que lata con la constitución de Pinochet! que además de haber traído paz, tranquilidad y progreso al país en las últimas décadas, colocándola a la cabeza de Latinoamérica, le permitió a ella -en mala hora- dos veces ocupar la presidencia.

      A grandes rasgos esta nueva joya de la corona consideraba lo siguiente:

·       Imponía un Estado solidario en vez del subsidiario, es decir que ricos y pobres recibirían iguales beneficios, aunque los primeros no lo necesitasen, como pasó con la enseñanza gratuita universitaria y con el retiro del 10% de las AFP, lo que sin embargo, a la postre pagan todos por igual y los pobres seguirán siendo más pobres.

· Establecería un perfeccionamiento de los derechos sociales e incorporaría nuevos, que dan cuenta de los cambios políticos, sociales y culturales -vayamos sumando, aunque después el presupuesto no resista- donde no faltaban los derechos específicos de los pueblos indígenas -como si no fueran chilenos igual que todos- creando entre otros el derecho al libre desarrollo de la personalidad, los derechos de los niños, niñas y adolescentes -se le escapó adolescentas, es un chiste- en el respeto de su integridad y desarrollo moral, físico, psíquico y sexual, sin duda pasando por encima de sus padres; el derecho a la participación, etc. Para entender la gravedad de lo anterior, basta revisar en la actualidad la cuarta versión del libro virtual de educación sexual,  instrumento base del Curso para Profesores y para Estudiantes de la Universidad de Chile, con numerosos talleres que deben preocupar a los padres de familias. 

·       Se eliminan los quórum supra - mayoritario de las leyes. El único quórum mayor sería el de la reforma a la Constitución, con un quórum único de tres quintos.

·     Se elimina el control preventivo del poder legislativo que puede requerir una minoría ante el Tribunal Constitucional, y sólo se podrá controlar obligatoriamente ciertas leyes con un quórum de cuatro quintas partes.

·       Al Congreso se le atribuye iniciativa legal en materia laboral, de seguridad social y en la creación de servicios públicos. Eso es, más Estado, más burocracia, mayores impuestos y más pobres.

·     Se establece la iniciativa ciudadana de ley que podrá activar el 5% de los ciudadanos con derecho a sufragio.

·       Lo más llamativo es el preámbulo: Resulta que después de 200 años de independencia, Chile dejaba de ser un Estado unitario, no lo dice con esas palabras, pero nos identificaríamos com0 un Estado Plurinacional: Nosotros, los pueblos de Chile -copiando la declaración de independencia de EE.UU.: We are de people -responsables ante nuestra historia y su porvenir, nos otorgamos esta Constitución Política de la República de Chile.

·       Otra frase para el bronce: La familia, en sus diversas modalidades, es el núcleo fundamental de la sociedad, y nosotros sabemos que significa aquello.

·       La organización territorial es unitaria y su administración considera además de ser descentralizada y desconcentrada, a otra modalidad, lo que podría significar cualquier cosa.

·       La soberanía reside en la Nación y en sus diversos pueblos indígenas. Los pueblos indígenas participarán como tales en el Congreso Nacional, mediante una representación parlamentaria, cuyo número y forma de elección serán determinados por una Ley Orgánica Constitucional.

·        El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario al Estado de derecho. Sin embargo, al igual que en el derecho internacional no se define que es el terrorismo, lo que ha dado lugar a una variada interpretación en beneficio de los criminales.

·        En cuanto al voto, pese a insistir en el fomento de la participación ciudadana, no lo considera obligatorio.

b. El peligro en ciernes

    Los promotores del Apruebo en el próximo plebiscito, intentan convencer a los incrédulos que una nueva Constitución de ninguna manera afectará los derechos, nuestras tradiciones, valores y el bienestar de los chilenos. Que no hay nada que temer, como lo fue el triunfo del No en el plebiscito del 1988, ante el caos que anunciaba la derecha. Pero si ello no ocurrió es justamente, porque la Constitución poseía enclaves, como la izquierda ha llamado a los resguardos que ella tenía para evitar los males que nos envuelven, pero que a lo largo de los años la democracia los ha ido eliminando hasta tal punto que hoy nos encontramos con ausencia absoluta del Estado de derecho, con la colaboración de un gobierno que ha superado todas las expectativas del fracaso.

       No obstante, debemos agradecer la locuacidad de la izquierda, soberbia y arrogante, que ya ha anunciado lo que nos espera con la próxima C.P.E. de triunfar el Apruebo:

        Adiós al derecho de propiedad y de la protección de la vida del que está por nacer (Girardi, Quintana y otros); la nacionalización de los fondos individuales de las AFP (Navarro). Negro el panorama que se nos avecina a partir de ciertas declaraciones: Eliminar en el inicio de las sesiones en el Congreso una tradición republicana vigente desde sus albores, abrir las sesiones En el nombre de Dios, Camila Vallejos; eliminar las clases de Religión de la Educación, diputado Vlado Mirosivij; Vamos a reforzar los principios rectores guías en la protección de nuestros infantes, entre ellos el de la autonomía progresiva, es un gran momento para taparles la boca a aquellos que digan con nuestros hijos no se metan, porque nos estamos metiendo, diputado Hugo Gutiérrez.

         Por su parte el Frente Amplio, con su gurú a la cabeza, Fernando Atria, tiene clara su película: Eliminar el Tribunal Constitucional y el Consejo de Defensa del Estado; fusión del Cuerpo de Carabineros y la PDI, y crear la Policía popular en microzonas territoriales; derogación del Código del Trabajo y su reemplazo por un organismo con dirigentes sociales y sindicales para crear un nuevo orden laboral; recategorizar la propiedad pública; obligación del Estado del control absoluto de los recursos naturales; suspensión temporaria de la ley de partidos para  evitar la eventual proliferación de conglomerados no afines; cambiar el sistema educacional a todo nivel; eliminación del D.L. 3.500 declarando ilegal el sistema de pensiones y el de las ISAPRES; unificar el sistema de pensiones entre las fuerzas armadas y la sociedad civil; declarar constitucionalmente el carácter de obediencia y subordinación de las F.F.A.A., de Orden y Seguridad, etc. etc.

         Nuestra Nación es presa en los momentos actuales de una pandemia superior al COVID 19; a la anarquía que se instauró a partir del 18 de octubre con la destrucción de bienes públicos y privados; y al terrorismo que se vive en la macrozona del sur del país. El virus será posible erradicarlo a partir de las vacunas en un año o dos a más tardar; la destrucción material de los bienes públicos y privados está en pleno desarrollo; y para el terrorismo solo basta que el Gobierno de cumplimiento a la Constitución con las herramientas de que dispone, aunque traiga consecuencias graves para los insurgentes. Pero ante el nivel de ignorancia de gran parte de nuestra población, que está siendo utilizada por mentes afiebradas e ideologizadas para diseñar una nueva república con un modelo utópico, que solo ha traído pobreza y pérdida de lo más sagrado de un ser humano, además de la vida, que es la libertad en el más amplio sentido de la palabra y los valores espirituales y morales forjados en el seno de las familias donde se ha instaurado, sería muy difícil volver si triunfa la opción Apruebo. Al parecer las experiencias de otras naciones como Bolivia, Ecuador y Venezuela que han emulado el modelo cubano, no parece ser entendida, argumentando que a nosotros no nos pasará. Realmente es vergonzoso, triste y defraudante escuchar testimonios de personas que votarán por el Apruebo, una hoja en blanco sobre la cual se podrá escribir cualquier cosa, cuáles son las razones por las que adoptarán esa decisión. No lo saben ni la tienen. Evidencias que incluso han alcanzado a individuos pertenecientes al grupo ABC1. Los países antes nombrados no han sido bendecidos con un robustecimiento de la economía y de un mayor progreso y desarrollo gracias a sus Constituyentes, muy por el contrario, siendo el caso más grave el de Venezuela, la nación más rica en Latinoamérica hace una veintena de años: Hoy, a pesar de poseer las mayores reservas de petróleo en el mundo, con 309 mil millones de barriles, carece gas y combustible, alimentos y medicinas; y de democracia no hablemos.

         Por las razones antes señaladas, la única opción democrática de no caer en este abismo sin retorno, es VOTAR RECHAZO. No hay excusa para no concurrir a votar.

 

 

 

Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)

 

 

 

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