¿Somos el país más estúpido del mundo?
El mes mes
de agosto haciendo honor a su tradición del rito popular, tuvo a Toribio
haciéndole ver que no hay salud ni soberbia que dure mil años y lo había mantenido
a su nivel más bajo de orgullo mancillado y con un resfrío que aún perdura. Y reconoce en forma tardía que todos sus esfuerzos para agitar su pluma le
fueron vedados por el rigor hogareño, habiendo tanto buñuelo disponible al cual
solo se tenía que agregarle miel, como decía nuestro legendario y ya ausente profesor
de francés, Monsieur “Cachoir” Farías.
Vayamos al grano:
1.
El affaire ministerio de Desarrollo Social y Familia. Mucho se
ha especulado si el presidente Boric había dado o no instrucciones para que se
contactara a Héctor Llaitul, no obstante, que él lo ha desmentido claramente.
Los medios en general se han mostrado dadivoso con el gobierno. Destaco, sin
embargo, a J.A. Neme quien ha sido muy claro y categórico al afirmar que el presidente
Boric le quitó el piso a su ministro Vega y obvio que fue así. Para ningún chileno
medianamente informado puede desconocer que bajo el gobierno de Piñera también
se intentaron diálogos con este sector radicalizado, que posteriormente fracasaron
por la operación Huracán. Y el actual lo hizo durante la campaña electoral –hay
fotografías de Boric que lo confirman- y en cuanto asumieron manifestaron abiertamente
sus intenciones; no olvidemos que la ministro Siches fue recibida a balazos
cuando intentaba llegar a Temucuicui y hablaba de Wallmapu. Por otra parte, si bien
dicha cartera no integra el área política del gabinete, el presidente Boric le
dio mayor connotación al asignarle las tareas que se vinculan directamente con
los reclamos territoriales de la zona en conflicto. Y eso es lo que pretendía la
ministro Vega y que la propia presidente de su partido (PPD) ha señalado.
Lo que
extraña a Toribio, es que gran parte de los chilenos se sientan sorprendidos
por estos hechos, por cuanto la "barra brava estudiantil" que nos gobierna lleva
la violencia en su ADN, se alimentaron durante largos años de ella, fueron sus
impulsores durante la protesta, recibieron con honores a los delincuentes de
primera línea, a quienes hoy llaman presos políticos. En el Congreso se han
opuesto a todos los proyectos relativos a orden y seguridad pública, tales como
la ley anti saqueos, la ley anti barricadas, estructura critica, etc., etc. ¿O
no recuerdan a Boric mofándose y luciendo una polera con la imagen del senador
Guzmán con un balazo en la cabeza? o el épico discurso frente a los jardines
del congreso agradeciendo a FPMR por el “legado” hecho a la democracia y su promeesa de continuar con el legado; y la visita
hecha en Paris al asesino de Jaime Guzmán; sus ofensas al personal de las FFAA
cuando cumplían tareas de acuerdo a la Ley de Estado de Emergencia, y tantos más.
Como
decía el recordado locutor deportivo Julio Martínez: Esto recién comienza señores.
Negro
despertar tuvimos hoy los chilenos al tomar conocimiento del polémico acto de
cierre del Apruebo en Valparaíso. Se agota el vocabulario para expresar el
burdo, grosero, indecente, obsceno, indecoroso e inmoral espectáculo “familiar”
animado por una oscura panelista de TV.
Si
aceptamos hechos como el señalado, hemos descendido a la más baja calidad
humana. Entre todas las aberraciones expuestas y expresadas, no trepidaron en
la mayor ofensa a nuestra enseña patria, justo cuando estamos a pocos días de
iniciar el Mes de la Patria y celebrar nuestro aniversario. ¡Qué lecciones y ejemplos
les damos a los miles de niños que estaban presentes! Espero que el abogado
Rendón que se ha empecinado en presentar recursos legales para el retiro de
figuras navales porque supuestamente dividen a los chilenos, sea esta una
ocasión, porque sin duda, es una conducta incalificable; del mismo modo no basta
que salgan ahora dirigentes del Apruebo a reprochar o desmarcarse por este acto
e incluso el gobierno, que debe perseguir judicialmente a los autores, promotores
y auspiciadores.
Este
deplorable espectáculo ha sido fruto de la liviandad, ligereza; negligencia y
omisión con que las autoridades de gobierno, universitarias y otras en los
últimos decenios han actuado, llegando a una grado de decadencia moral jamás
esperado.
Chilenos,
en nosotros está la opción de evitar que se materialice el “cuento de la caperucita
roja” y que caigamos en una situación peor a los hechos narrados, que en una
magistral alegoría refiere mi ex quinceañero y díscolo cadete Cristián Labbé, y
como él enfatiza, ya no habrá cazadores y leñadores que salven a caperucita,
pues los últimos están confinados o fallecieron en prisión producto de una
justicia espuria y del pago de Chile.
Fernando
Hormazábal Díaz
General
de Brigada (R)
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