lunes, 17 de julio de 2023

186. LA CONMEMORACION DE LOS 50 AÑOS. I parte

 


Mis verdades, diferente a como la cuentan otros

                Algo así como “Fiebre de sábado por la noche” –pero todos los días– en estas semanas todo el mundo se cree con el derecho a contar su verdad ─irrefutable, por cierto─ incluso jóvenes que ni siquiera nacían  como al actual mandatario y quienes le acompañan– se permiten hablar con una propiedad como si hubiesen vividos esos tortuosas años no de hace 50 años, sino de 70 años antes. Lo que demuestra que los comunistas han hecho bien su pega siguiendo a pie juntillas la doctrina gramsciana –como una verdadera religión– haciendo caldo cultivo en una masa de población ignorante en demanda de la oclocracia y ante la inercia de dirigentes que confiaban en una democracia incorruptible y blindada. Por esta razón se me ocurrió preguntar a Toribio cual había sido su experiencia personal, ya que incluso la vivió formando parte del Gobierno Militar.

            –Mira me dijo. Lo primero que debo aclararte es que después de la vivencia de mi padre y dos de sus hermanos ─también militares en la década de los 20 del pasado siglo─ que terminaron sus carreras a mitad de camino por meterse en política, incluso uno de ellos con seis meses de reclusión en la cárcel pública, luego exiliado y sin pensión, por el solo hecho de haber sido amigo personal del general Ariosto Herrera ─autor del primer Tacnazo, conocido como el “Ariostazo─ juré que nunca seguiría su ejemplo, pero…

─ ¡Pero qué!, interpelé

Y prosiguió: La mayor parte de los opinólogos habla de los 50 años. Pero las cosas en Chile se comenzaron a fragmentar mucho tiempo antes. Entre los años 1954-1955 se generó un movimiento deliberativo militar: “La línea Recta” en apoyo al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, presidente constitucional en esos años, secuela de uno anterior denominado PUMA, que le costó la carrera a muchos de sus integrantes, entre ellos al director de la Escuela Militar, Ramón Salinas, siendo yo alumno en aquellos años. A nuestra generación no nos afectó, ni tampoco importó pues éramos cadetes de 14 y 15 años y como se dice ahora, “no cachábamos nada.” Trascendió sí, un conflicto conocido como la “Batalla de Santiago” en 1957 ─ya creciditos y con tres años de escuela en el pecho─ producto de un alza en la locomoción colectiva que contó con la participación de diversas organizaciones estudiantiles, donde falleció un estudiante desatando una reacción similar a la del estallido delincuencial de hace unos años, lo que obligara a la participación del Ejército para imponer el orden.

No recuerdo mayormente si en la década posterior hubo algún hecho que afectara el orden público, pero en 1964, fue elegido presidente de la república Eduardo Frei M., con una aplastante mayoría y muchos de mi generación le habíamos dado nuestro voto por los valores cristianos que representaba y respaldado por la clase media que nos identificaba. Preconizaba la “Revolución en Libertad” basada en innovaciones estructurales como: 1) La “Reforma Agraria” que a la postre le dijo adiós al derecho de propiedad, 2) la “chilenización y nacionalización del cobre”, materializada en 1967 y 1969 respectivamente. La adquisición de un porcentaje de las acciones por parte del Estado de las compañías extranjeras, la primera; y la compra de varias empresas extranjeras en la nacionalización; y 3) la “Promoción Popular”, que dio origen a un ley destinada a fomentar las organizaciones comunitarias y la participación de los grupos sociales marginados. Sin embargo, pese a los adelantos obtenidos por su gobierno en áreas como la educación y la vivienda, además de los ya citados, una de sus mayores críticas desde la oposición fue la reforma agraria que dio lugar a 1.3000 expropiaciones de predios agrícolas, con cerca de 3,5 millones de hectáreas y la sindicalización del campesinado. 

No obstante, durante el tercer año de gobierno las altas expectativas incentivadas durante su campaña, dieron lugar a una percepción negativa de su gestión ya que las altas demandas sociales no encontraron respuesta en el crecimiento económico necesario para logarlo, incentivando la polarización en los partidos de oposición. La situación económica provocó una crisis general. En las instituciones de la Defensa Nacional, la realidad era insostenible, no tan solo por las muy bajas remunerciones, sino por una serie de medidas que afectaron gravemente la seguridad nacional, como fue la reducción del contingente llamado al S.M.O. y la falta de implementos, obligando a declarar muchas unidades en receso. Llegaba a tal extremo la pobreza que los soldados conscriptos convocados tenían que aportar con su ropa interior al cumplimiento de dicha ley; no existía munición para cumplir las lecciones de tiro, tanto de las armas livianas como pesadas y un largo etc.; por otra parte, el incidente de Laguna del Desierto había causado gran desaliento entre las instituciones por cuanto se juzgó que el gobierno de Chile había actuado con demasiada debilidad en el campo de las relaciones exteriores con Argentina.

Mucho de su personal de planta tanto oficiales como cuadro permanente después de las horas de servicio realizaban variadas trabajos para poder paliar la pésima situación, al igual que sus cónyuges. El descontento se hizo general de lo que sacó provecho la izquierda, cobrando mayor fuerza con los efectos de la guerra fría y la revolución cubana que propugnaba copar en el resto de los países de América.

 

 

Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)

 

1 comentario:

  1. Amigo Toribio, yo viví todo eso y el gobierno de Frei Montalva fue un desastre, pero
    esperaré tu 2a parte para comentar en forma más precisa.

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