Infierno en la tierra
Lo que ha quedado claro y ya desde
hace bastante tiempo, es que el Estado chileno no está en condiciones de
reaccionar en forma rápida, eficiente y eficaz para hacer frente a una tragedia
de esta naturaleza. Y si queremos buscar responsables, solo me permito expresar
¿cómo andamos por casa? Pues, somos los chilenos quienes elegimos a los
gobiernos, parlamentarios y diversas autoridades con responsabilidades
directas; los que dejamos cumplir las leyes y los que las alientan o permiten.
Creo que es el momento ─mientras el
Estado despliega sus músculos para hacer frente a esta calamidad─ dejar las
críticas que nada aportan y mostrar la solidaridad que es propia de nuestra
naturaleza humana y que ha verificado ser más oportuna, como decía el padre
Hurtado ─el verdadero─ “hay que dar hasta que duela”; pues la
particular es espontánea, independiente y no sujeta a la burocracia estatal, aunque menos ordenada. Ya llegará el
momento ─pronto sí─ de analizar, evaluar y diseñar políticas y medidas para que
estas desgracias sean lo menos dolorosa y catastrófica posible.
No cabe la menor duda que ha sido el
incendio más grande y devastador que ha sufrido Chile, algunos dicen en el
mundo, por la cantidad de víctimas fatales, ─que ya superan los 130─ 10 mil hectáreas
de bosques quemadas, y decenas de miles de damnificados por las viviendas
consumidas por el siniestro. Con respecto a su origen, cada día cobra más
fuerza el hecho de su intencionalidad. Porque si bien, parte de la zona
afectada se ha quemado con anterioridad, no obstante, que prevalecen las mismas
condiciones atmosféricas jamás había sido de estas proporciones y con una
velocidad incontrolable. Así lo han expresado el Jefe de las Fuerzas en Estado
de Catástrofe ─hay patrones de
comportamientos que hubo una planificación algo orquestada y una organización─,
el Superintendente de Bomberos y la propia ministra Tohá. La simultaneidad de
los diferentes focos ─que fueron cuatro─ pese a la distancia entre ellos hace
presumir una situación semejante a la quema de las 27 estaciones del metro el
año 2019. El arquitecto y urbanista Iván Poduje que ha seguido y analizado los
Planos Térmicos que la NASA levanta en forma inmediata, reafirma esta teoría,
porque además afectó a la Ruta 68 y la Troncal Sur que permite las
comunicaciones entre las comunas afectadas. Por otra parte, hay imágenes
captadas por Drones que ubican a varias personas muy próximas a los inicios de
un foco, como las declaraciones de testigos y personas que fueron detenidas por
sospechosas, pero que la fiscal de Valparaíso liberó por no existir
antecedentes, no obstante, lo aseverado por testigos presenciales, lo que
genera bastante dudas respecto al actuar de miembros del poder judicial, como
lo ha declarado a través de un audio Luis Andrés L..., venezolano, quien
atribuye los incendios al Tren de Aragua, por la negativa de conceder libertad
a su líder apodado la “Estrella”; quien asegura tener videos de centenares de connacionales
festejando el voraz incendio y lo que es más grave, de ser cierto, que hay
fiscales venezolanos como el fiscal en la región de Tarapacá, dando a entender
seguidores de Maduro, acusando a este, de haber liberado a 50.000 delincuentes
y enviarlos a Chile. No creo que sea difícil a los organismos de inteligencia,
hoy dar con el paradero de esta persona que está dispuesta a dar la vida por
Chile y comprobar la veracidad de sus graves denuncias.
A mayor abundancia, la portada del diario
ABC, España, /26/XI/2019) con una foto de Maduro, titula Reunión de paramilitares en Caracas para desestabilizar Iberoamérica,
y que Maduro se habría reunido en secreto en su residencia con activistas
chilenos y colombianos; reafirmado por videos de Diosdao Cabello, el segundo, hombre
de Maduro, por la brisa bolivariana que está soplando en Sudamérica. Por si
fuera poco, el mismo mandatario venezolano ─según una información difundida por
el Global News 24 que reprodujo un video─ expresó lo siguiente: Nuestros soldados que están en Perú, Chile,
Ecuador están demostrando de lo que somos capaces, esto no es una brisa, es un
huracán del pueblo bolivariano,” ratificando lo que antes había dicho: Estamos cumpliendo el Plan del Foro de Sao
Paulo, el plan va como lo hicimos…Pero a todo esto, nuestra Cancillería muda,
ni siquiera llama en consulta al Embajador Gazmuri. Para Toribio la omisión es
una colusión, tal como la del tanque Insulza y el MEO, ambos integrantes de dicho
foro.
Nuestro país se encuentra inserto en
el cinturón sísmico, llamado “anillo del fuego” y debido a la frecuencia
histórica de tales eventos, hemos desarrollado cierta cultura sísmica que nos
han permitido atenuar tales efectos, en especial en previsión de los tsunamis
que suelen acompañar los sismos. Pero también somos una nación de incendios
forestales, ya que abunda toda la “materia prima” para su generación. Además de
los bosques y las condiciones atmosférica ya señaladas, están los pirómanos,
anarquistas, terroristas y hasta niños que los generan para ver como los
combaten los helicópteros; poblaciones ilegales levantados en lugares
inapropiados ante la inoperancia de alcaldes que en vez de desalojarlos los
dotan de electricidad y agua, asegurando así futuras reelecciones; quebradas
convertidas en basurales, empresas de TV que con tal de vender incentivan las
tomas, etc., etc.
La magnitud de este desastre obliga
al Estado a hacer los mayores esfuerzos en la previsión. Para desalojar
campamentos y evitar que vuelvan a construir en los mismos lugares ─como señala
el urbanista Poduje─ es necesario que predios fiscales se pongan a su disposición
o adquirir a particulares tal como se ha hecho en el Sur para las comunidades
indígenas; pero deben asignarse debidamente urbanizados y otorgados mediante subsidios. Hay que poner
mayores músculos a la CONAF, mediante la creación de brigadas permanentes distribuidas
a lo largo del país, fuerte y modernamente equipadas, con drones y aeronaves, muy
bien remuneradas. Le agrego de mi cosecha levantar torres de vigilancia en
aquellas áreas más susceptibles de sufrir estos siniestros, dotadas de variados
medios de vigilancia y de comunicación que permitan emitir las primeras alarmas
y en estrecha coordinación con los representantes de SENAPREV locales.
Las necesidades son muchas, los
costos muy altos y el dinero escaso, no solo en esta área, sino en todas aquellas que permitan
vivir a todos los chilenos con un mínimo de decoro y que logren satisfacer los
menesteres básicos para vivir con dignidad. Y ahí está la obligación de todos
los chilenos, hacer que nuestro país vuelva a crecer como hace décadas y para
ello no escuchar cantos de sirena y votar por las personas que nos permitan
volver a estar a la cabeza de Latinoamérica.
Fernando Hormazábal
Díaz
General de Brigada
(R)
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