Semanas de Infierno.
Militaritis aguditis.
Nuestro
querido Chile no está exento de que cada cierto tiempo sufra de esta enfermedad
y hoy estamos siendo víctimas de ella. Una “militaritis aguditis”, en que gran
parte de la opinión pública y de sectores políticos interesados, vean la
solución de la mayor crisis de orden público y seguridad a través de toda
nuestra historia republicana sea con “manu militari”, es decir con la fuerza de las armas. Pero en modo “chilensis”, es decir con las manos atadas, a fin de
evitar atropellar los derechos humanos de los delincuentes que actúan sin
ningún tipo de limitaciones, con crímenes y asesinatos que nos ponen a la
altura de algunas naciones africanas, porque incluso hay antecedentes de
canibalismo.
Toribio en su recurrente ironía,
alaba a los hermanos argentinos que tienen un certero y agudo ojímetro para
describir la realidad. Que seríamos sin los tangos como “Cambalache “y “Como
nos cambia la vida”: ¡Nada es mejor! ¡Lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos
ni escalafón, los inmorales nos han igualao…Vos destrozaste mi vida y, ya ves,
por no matarte, cierro los ojos y sueño y te veo como antes... ¡Cómo nos cambia
la vida!...Toma ese espejo y mirá...Vos sos aquella que un día llevé confiado
al altar.
Pero la
mayoría de los chilenos no sufrimos del “alemán” del que parecen adolecer los
dirigentes del Frente Amplio, del Partido Comunista e incluso algunas celebridades
del socialismo democrático, cuando fustigaban al reciente fallecido
exmandatario e incluso lo acusaron constitucionalmente. El PC lo acusó de “recurrir a una argucia legal para disponer
el cuidado de la infraestructura crítica a las FF.AA cuando el gobierno queda sin política… deja en
evidencia que las violaciones a los DD.HH. son una política de sistemática
tanto del alto mando de Carabineros como del gobierno (…) también pasa por
transformar las actuales fuerzas de orden y seguridad, en particular a Carabineros;
debemos terminar con una policía militarizada que se pone como objetivo
perseguir al movimiento social, realizando montajes, reprimiendo, golpeando,
violando, esa institución no puede ser la responsable del uso del monopolio de
la fuerza en el futuro Chile cambió, Chile Despertó.
Recuerden que en su desvarío
ideológico e ignorancia no faltaron quienes propugnaron modificar las FF.AA.; con escalafón único y al mando de una autoridad civil; un ejército de paz para tareas
de apoyo a la ciudadanía en situaciones de catástrofe naturales, pues no
existía peligro de conflicto bélico con nuestros vecinos dada las excelentes
relaciones y estando en democracia, etc., etc.
Toribio se pregunta si el ex mechero
que saltó de la universidad como fracasado a la calle, de ahí al Congreso y
luego por la estupidez de los chilenos a sentarse en el sillón de O’Higgins,
conocería algo de las FF.AA., cuando durante el estallido delincuencial que
ellos propiciaron y alentaron, salió a increpar a miembros del Ejército que en
Estado de Emergencia decretado por el Gobierno portaban fusiles: “Y andan con armas de guerra, vociferaba,
fuera de sí”. Y él, que discrepaba de los Estados de Emergencia y que nunca
haría uso de esa herramienta, no demoró lo que dura una lombriz en el pico de un pavo para acudir a este. ¿Cuánto tiempo llevamos con el empleo de las FF.AA. en
colaboración con Carabineros, supuestamente para enfrentar el terrorismo de la
Araucanía, en tareas limitadas basadas en la absurda proporcionalidad de la
fuerza y acotada a caminos que a nada conduce si no se emplean con todas sus capacidades y en toda la zona víctima de la insurgencia? Y bajo este mismo
criterio el gobierno ordenó el despliegue militar en las fronteras de Arica,
Parinacota, Tarapacá y Antofagasta para controlar la inmigración irregular.
Como “otra cosa es con guitarra”,
según el adagio popular, ahora a todo el mundo, excepción de algunos comunistas,
pero muy razones muy distintas a los que piden la intervención de las FF.AA,
para el control del orden público en Infraestructura Crítica (I.C.) ─pues ellos
se alimentan del caos y la delincuencia─ padecen de militaritis aguditis como
única forma de atir este flagelo y se olvidaron del ayer, pues en la actualidad hay varios condenados y procesados pertenecientes a Carabineros y al Ejército, que en cumplimiento de sus
obligaciones hicieron uso de las armas que afectaron los DD.HH de los
delincuentes durante un Estado de Excepción Constitucional. Como si ello no
importara, el alcalde Maipú, Vodanovic, (RD) del conglomerado que sustenta al
gobierno de Boric, pidió en La Moneda la intervención de militares en el control
de orden público en I.C., a lo que han sumado otros alcaldes de RD y del PS
apoyados por parlamentarios del mismo sector; y en respuesta, el joven que
alardeaba de gustar “mear en un casco de
general” estaría dispuesto a considerar y no se cerró a incluir el
despliegue militar en zonas urbanas. ¡Pop!
Si bien es cierto que la I.C. está
definida en nuestra Constitución, sin embargo, según el juicio de algunos
doctos incorporó algunos conceptos “abiertos e inasibles”, es decir difusos,
incomprensibles, vaporosos, según la RAE, lo que dificulta la aplicación de la
ley. Por otra parte, la Regla de Uso de la Fuerza (RUF) lleva meses en
discusión y son tantas las limitaciones o pasos requeridos que su
implementación ─basados por supuesto en normas de la ONU de los años 1979 y
1990─ requerirá un largo periodo de capacitación y entrenamiento en quienes
tendrán la responsabilidad de aplicarlas. Que ante una duda, Toribio cree que
el funcionario estimará hacerse el sordo antes que perder su trabajo e ir a la
cárcel, más aún considerando que hay jueces y fiscales de izquierda que no dudarán en condenarlos, como sucedió con el cabo Lavin Villalobos condenado a 7 años de carcel por herir de bala en la pierna a un delincuente. A mayor abundancia el Ejecutivo en una de las indicaciones plantea que los reglamentos “deberán considerar especificaciones para un uso
diferenciado de la fuerza en los casos en que exista presencia de niños, niñas
o adolescentes, mujeres, diversidades sexuales, personas con discapacidad,
migrantes, indígenas o personas adultas mayores”. Omitiendo que en Chile
no hay persona ni grupo privilegiados. Art.19.2 CPE.
Finalmente, Toribio hace un severo llamado a esos vociferantes de la derecha que a través de diversas plataformas sociales tratan de traidores a las FF.AA. y llaman a un “general con pantalones” para intervenir y terminar con la crisis que afecta al país, a que usen esas redes para abogar por los centenares de ancianos y enfermos en total hacinamiento que hoy están falleciendo o a riesgo de morir en los penales de Punta Peuco, Colina 1 y otros recintos por salvar a Chile hace 50 años, de lo mismo que estamos viviendo ahora, abandonados por el Estado y por quienes, al igual hoy claman en demanda de una nueva intervención, mientras los militares son víctimas de la venganza de una justicia espuria y corrupta, que ex profeso no es consecuente con la defensa de los DD.HH. que dicen defender. Saben que más, váyanse a la soberana crestita.
♪ El patito chiquito, el patito chiquito cantaba "la alegría ya viene"
♪ El patito chiquito, el patito chiquito cantaba la "alegría ya llegó"
♪ El patito chiquito, el patito chiquito cantó la alegría llegó "pero... ya la cagó"
Sorry. Pero Toribio es un ser humano. "Hasta la vista Baby"
FERNANDO HORMAZABAL
DIAZ
General de Brigada (R)
Como casi siempre muy de acuerdo con los puntos de vista de Toribio.
ResponderEliminarMe horroriza pensar que todavía nos quedan dos años del (des) gobierno
del Merluzo. Aguantará el país tanto tiempo.?
¡Excelente artículo y la pura verdad!!
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