¿Estamos jodidos? ¿Cuándo nos
jodimos?
Todo
depende de quien se la formule, asimismo, quien crea tener la respuesta. Considerando
las variadas visiones políticas las interpretaciones serán igualmente múltiples.
Dependiendo de que si las vivieron, se las contaron de primera fuente o ha sido
parte de su adoctrinamiento político. Para H. Pérez de A., Chile se jodió
cuando EE.UU a través del embajador Barnes financió una millonaria campaña
junto a países de Europa para el triunfo del No en el plebiscito de 1988, evitando
la elección democrática de mi general Pinochet. Para parte de la izquierda comenzó
con el Tacnazo durante el gobierno de Frei y luego el asesinato del general
Schneider; para el PC y el PS fueron el gobierno o la dictadura de Pinochet. Algunos
analistas se remontan a la Guerra Fría y responsabilizan a EEUU cuando se
olvidó de América Latina, de la Alianza para el Progreso y de América para los
americanos, permitiendo dictaduras que le reportaban dividendos como en
Nicaragua, Venezuela y Paraguay, y actuando con crudeza en Guatemala, Grenada y
Panamá, por nombrar algunas; y si bien Kennedy actuó con firmeza en la crisis
de los mísiles ─les afectaba
directamente─ dos años
antes había permitido una invasión a Cuba sin intervención directa de sus
tropas, pero era sabido que estaba condenada al fracaso.
Pero la ingenuidad ─afirma Toribio─ ha sido transversal, como lo son todos los males de la política. Así, el Gobierno Militar a meses de entregar el poder negoció con la Concertación que se aprestaba a repartir la torta, reformas que se consideraban esenciales para generar las condiciones óptimas -o mínimas- de cara al regreso de un régimen democrático, entre las cuales se incluyeron los Estados de Excepción; derogación del artículo 8, que sancionaba “todo acto de persona o grupo destinado a propagar doctrinas que atenten contra la familia, propugnen la violencia o una concepción de la sociedad del Estado o del orden jurídico, de carácter totalitario o fundada en la lucha de clases, es ilícito y contrario al ordenamiento institucional de la República”. Las consecuencias las estamos sufriendo ahora; y más aún, cuando 1991 se eliminó la pena de muerte que habría sido de gran utilidad para atenuar el crimen organizado que hoy nos ahoga. Como nadie sabe para quién trabaja, en 1978 se dictó la Ley de Amnistía que absolvió a todos loa participantes en actos delictivos ─independiente de su calidad─ cometidos entre el 11/09/1973 y el 10/03/1978. Nuestro gobierno la aplicó a “moros y cristianos,” pero en democracia solo ha sido concedida a los “moros” y a pesar de estar vigente, tanto los sucesivos gobiernos como la corrupta justicia que nos rige la han negado a los nuestros que hoy fallecen ancianos y enfermos en las cárceles.
Otros afirman que Chile se jodió con los dos últimos gobiernos de Piñera y Bachelet, producto de las inmigraciones ilegales amparadas, permitidas e impulsadas, en especial por la comandante Claudia como precio para para obtener el cargo de Alta Comisionada de DD.HH de la ONU; por su parte, Piñera, un democratacristiano enquistado en la derecha no fue capaz de sostener su gobierno y cedió ante el progresismo y a la izquierda desatada que nos llevaron a dos plebiscitos constitucionales pero que felizmente fracasaron. Toribio, agrega otra causal, no suficientemente destacada, sin embargo, ha sido determinante en las crisis que nos envuelve. Con la caída del muro de Berlín (1989) y el desaparecimiento de la URSS, el marxismo al comprobar la inutilidad de derrotar al estado burgués mediante la toma violenta del poder, desempolvó los textos de Gramsci que yacían algo olvidados y optó por la obtención del poder de la clase dirigente mediante la dominación que se ejerce a través del Estado; y la hegemonía que se logra a través de la sociedad civil. Concepción que encuentra matices en la social democracia y en la izquierda democrática, a través de los cuales emigró desde Europa a nuestro continente, en particular a nuestro país, sentando base en todas nuestras universidades, colegios y medios de comunicación, que durante treinta años la han sembrado en nuestra juventud; y cuya cosecha la tenemos en la actualidad.
La toma del poder mediante la violencia dio paso entonces a la batalla cultural e ideológica por la hegemonía. Y es así como desde Europa exportamos la secularización, el laicismo, la diversidad sexual en sus múltiples y variadas expresiones; la migración forzada; el abandono del matrimonio como núcleo fundamental de la familia y la tergiversación de este concepto, como una expresión del postmodernismo; aborto libre, eutanasia, etc., que han trastocado los valores de nuestra cultura cristiano occidental.
No creo que Gramsci hubiese pensado cuan fácil sería
el fruto de sus ideas en nuestro país, pero como acertadamente lo ha afirmado
Axel Kaiser, la “fatal ignorancia sentó feudos en la derecha que confiada en
sus éxitos económicos no le permitió ver el bosque que lo dejó en manos de la
izquierdas dura, hoy de la mano de narcoterrorismo y de la delincuencia
desatada", lo que sumado a la crisis económica y social, que muy bien detallara
el arzobispo de Santiago en el pasado TEDEUM, requiere un esfuerzo general de
todos los chilenos para salir de esta crisis. Toribio, no obstante, tiene dudas
que el marxismo haga abstracción de su religión.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Gracias, excelente reflexión. Al parecer nos hemos "jodido" varias veces y el factor común para que ello ocurra, ha sido la falta de educación. Un ambiente donde la derecha económica no participa, por que "con plata se solucionada todo" y donde la izquierda, el añejo comunismo y los progresistas, sí navegan muy bien y utilizan la destrucción de la educación para sus propios fines. No hay duda que un ser ignorante, es presa fácil de la "Revolución Cultural". Por ello, hoy en Chile, más de 50 mil jóvenes han abandonado la asistencia a los colegios, aumentando los niveles de drogadicción, narcotrafico, asesinatos y violencia. Una fórmula rápida de obtener los bienes materiales que desean, convirtiéndolos, de paso, en votos cautivos o voluntarios, de la izquierda.
ResponderEliminarAlgo, que países comunistas como China o Corea del Norte, no permiten, y en eso se ríen de los sudacas comunistas que tiene un poco más de 200 años de existencia, en contra de una cultura que nos supera por más de 5 mil años.
Pareciera entonces, que también estamos jodidos por haber nacido en esta tierra y no en China.