Terminó el verano y sigue el circo
Los “cabros” que nacimos por allá en
la década de los 40, en los 80 conocimos de un exitoso programa llamado ¿Cuánto
Vale el Show? Nació en el canal once, hoy Chile Visión. Era un programa para
descubrir talentos donde cualquier hijo de vecino podía participar y de acuerdo
a su desempeño recibía una serie de premios por parte de un jurado que
calificaban su actuación, integrado por variadas personalidades del ámbito de
la TV y de las artes, perduró por largos años y fue copiado en Venezuela.
Con sorpresa los chilenos nos
informamos un reedición de tal programa y nada menos que en la Cámara de
Diputados, en que el jurado representado por los “honorables” -con perdón de la
palabra- calificaron la actuación de una nueva intérprete del arte dramático,
Karen Cariola, quien asistió a defender la censura de la mesa que ella preside,
a raíz de una investigación que lleva a cabo una fiscalía por tráfico de
influencias ante la exalcaldesa de Santiago -también comunista- y que la
relacionan con la fracasada compra de la Clínica Bellavista y una gestión para
obtener patente de alcoholes para un amigo chino, empresario, del cual se dice
“se le habría clausurado un negocio por vender carne de tortugas”. Una serie de
chat intercambiado entre Cariola y Hassler dan cuenta de la grave intromisión
del amigo chino, quien ofrecía ayuda a nombre de su gobierno, para lo cual
debía responder un largo cuestionarios de sus necesidades, lo que obviamente,
ha sido desconocido por el embajador, quien expresó que no requiere de
gestores.
La novel actriz ha hecho bien su
pega, victimizándose, y al igual que las mecheras de los supermercados puso a
su guagua como herramienta para evitar ser sancionada. Donde está la
parlamentaria que no hace mucho con su locuacidad y vehemencia que le
caracteriza afirmaba: “Quienes decidan violar
la fe pública no se la llevarán gratis, asumirán responsabilidades y consecuencias,
no podrán volver a ocupar un cargo de representación popular y además saldrán
de los cargos que están utilizando (…) aludía a la falta de trasparencia y
falta de acciones, “no sacamos nada con
condenar la corrupción si finalmente eso después se ve reflejado en que los mismos
que son condenados asumen mecanismos para salir por el lado de procedimientos
judiciales de estas características”. Agregando que incluso habría
presentado un proyecto de ley al respecto. El agua está muy turbia, como el Mar
Muerto, pues hay otras aristas como el financiamiento de su campaña y el
arriendo de su departamento a otro oriental. Toribio acota: por la boca muere
el pez.
El delito que se le imputa, tráfico
de influencias, está clarísimo en el Código Penal (240 bis) el empleado público que, interesándose directa o indirectamente en
cualquier clase de contrato u operación en que deba intervenir otro empleado
público, ejerciere influencia en éste para obtener una decisión favorable a sus
intereses. Raya para la suma, el jurado estuvo a favor de la actriz
con 72 votos; en contra, lo hicieron 51 parlamentarios, lo que demuestra que el
jurado vale callampa, porque se privilegió la corriente ideológica y su carácter
de mujer y no lo que dice la ley. Por supuesto que contó con la ausencia de 19 de
la Derecha; 8 RN, 4 UDI, 2 Rep., 2 Evopoli, 2 IND. y 1 SC. Esto sin duda que le
repercutirá a Matthei y a Kast, especialmente a la primera, que piensa ser
Piñera 3 al contar ahora con el apoyo de la viuda Morel. A Toribio no deja de llamar
la atención, porque según sus escasos conocimientos los parlamentarios desaforados
pierden el derecho a voz y voto en el congreso, aunque en el presente caso no
se trataba de un proyecto de ley, que la inocente Catalina Pérez, quien no
sabía nada y nunca se impuso de los negocios truchos igual votó
Pero en el circo Chamorro, no podían faltar los payasos. El cambio de una veterinaria en el ministerio de Defensa Nacional, por una Asistente Social. Ojalá que al Ejército no se le ocurra vestirla con tenida de combate y subirla a un carro Mowag, pues tendríamos una Bachelet 3. A propósito, siguiendo con el circo mundial, la comandante Claudia, ex integrante del FPMR, que nos dedjó para la corneta con 100 mil haitianos, aspira nada menos que a Secretaria General de la ONU.
QUE DIOS NOS PILLE CONFESADOS.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Como decía Viterbo en el programa La Familia Chilena: Señor dame tu fortaleza.!
ResponderEliminarMuy buena columna. Publiqué con el mismo título otra en el Diario Constitucional pero menos exhaustiva.
ResponderEliminarMe encantó su columna, la difindiré entre mis grupos
ResponderEliminarToribio mezcla ingenio, ironía y humor para mostrar la magnitud del drama que estamos viviendo de una forma magistral.
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