Fueron las palabras atribuidas a Manuel Rodríguez, el bueno, el héroe nacional, no de los que han mancillado su nombre en la actualidad. Los historiadores las ubican a consecuencia de la derrota del Ejército Patriota en Cancha Rayada, en 1818, y su ejemplar tarea en mantener el espíritu vivo y su tenacidad colaborando en la reorganización de las fuerzas que lograron la victoria definitiva un mes después en Maipú. Es una lección que debemos emular.
Confieso
que la derrota en el plebiscito y con el margen obtenido por la opción Apruebo me
sorprendió terriblemente, de hecho, apenas se evidenciada como tal me evadí de
las noticias y me enfrasqué en Netflix. Fue un dolor inmenso y profundo, muy superior al
de plebiscito de 1988, que en cierto modo los que habíamos tenido la
oportunidad de recorrer el país ya lo
vislumbrábamos, pese a lo que decían las encuestas, al igual que ahora. Nos
quedaba a pesar de ello, el consuelo de dejar una Constitución que pese a las críticas nos
aportó tranquilidad, paz, gobernabilidad y progreso por espacio de 30 años,
bajo sucesivas administraciones de la izquierda, incluidas la del actual
gobierno que asumió sus banderas. Mi primera reacción -errónea- fue la de caer
en un ostracismo político, no obstante, la cordura afloró y seguiré en la lucha
de la defensa de nuestras ideas hasta que Dios diga.
No
hay que llorar sobre la leche derramada, ni buscar culpables entre los que no
fueron a votar por comodidad o entre los que pensaron que su voto no afectaría,
ni en los que temían por el COVID; igualmente en los que no se cambiaron
oportunamente de domicilio en el Registro Electoral, como también, entre los
que siempre no han estado ni ahí con la política; menos en los que patrocinaron el voto
voluntario y no lo previeron en la modificación a la CPE para este plebiscito;
y tampoco recriminarse por no haber hecho determinada acción o lamentarse por
la que se adoptó. A limpiar la mesa, reorganizarse, juntar fuerzas y seguir bregando,
queda mucho paño que cortar todavía. En el próximo mes de abril viene la
elección de los integrantes de la Constituyente y posteriormente en un año más
el plebiscito de salida. Los que quieren huir del país que se vayan luego, no
los necesitamos, queremos personas que estén dispuesto a dar la lucha con
mayores bríos para defender nuestros ideales democráticos. Hay que derrotar el
pesimismo, la pereza y la cobardía, pero hay que partir desde ahora. ¡YA!
Respecto al plebiscito, por lo que me tocó ver en algunos lugares de votación, hay que felicitar al SERVEL por la organización y asistencia dispuesta y que sirva para otros actos eleccionarios. Completo orden, excelente trabajo de las Fuerzas Armadas en el interior y de Carabineros en los accesos. Sin embargo, convendría investigar el uso de propaganda en algunos recintos utilizados para dicho acto. Existen denuncias por cadenas sociales de algunos apoderados de mesas que en el interior encontraron banderas de Cuba, Venezuela, Mapuche y fotografías de Allende y del Che Guevara, como en el colegio Gabriela Valenzuela de Lo Prado y en otro de Pudahuel, lo que requiere investigación, si fue permisividad o falta de instrucción correspondiente, pero no puede quedar impune.
El resultado ha servido para variadas interpretaciones: Francisco Vidal, el rey del pituto - ahora va por el premio mayor- dijo por vez primera algo cuerdo: Que la opción por la Comisión Constituyente -sin parlamentarios- era un fuerte llamado de atención a los partidos políticos; para otros, que fue el triunfo de los ignorantes -la gran masa- y crédulos de que la nueva constitución será el maná caído del cielo que satisfará todos sus anhelos; que fue el triunfo de los violentistas, saqueadores, anárquicos y narcos, dispuestos a proseguir en lo mismo y sentar domino en las poblaciones, fortalecidos por declaraciones del Partido Comunista: Lo que digan las organizaciones sociales indudablemente que lo vamos a apoyar. Que existan actos de violencia no puede paralizar la demanda social ni las manifestaciones. Como siempre con un pie en el congreso y una pata en la calle. Pero los que pusieron la guinda de la torta, fue el FPMR, el brazo armado y encubierto del PC -aunque estos lo nieguen- que exigieron la liberación inmediata de los presos políticos del estallido, la renuncia de Piñera, la dimisión del Congreso, un gobierno de emergencia encabezado por la presidente del Senado, llamado a nuevas elecciones presidenciales, asamblea de constituyentes desde los territorios, con votos de simple mayoría y un largo etc. etc.
Claro, no faltan los frescos y sinvergüenzas que han hecho causa de las palabras de Atria y Girardi, que ya se acabó el derecho de propiedad, como el calderino que se apropió de una casa, según él supuestamente abandonada y porque el propietario tenía más de una, como se muestra en el siguiente video, lo que constituye un nefasto precedente, similar a lo que pasó durante la Unidad Popular.
Para el rector de la UDP,
algunos lo consideran un rechazo al proceso de modernización del Estado o de
modelo económico de las tres últimas décadas; otra versión -que igualmente considera
errónea- es la adhesión a un sector político, la izquierda o la centro
izquierda, agregando interpretaciones alternativas: 1) Un déficit a la modernización,
porque las expectativas de bienestar pueden derrumbarse por los fantasmas de la
enfermedad o la vejez; 2) Otra manifestación es una cuestión de relevancia, el proceso generacional de los nacidos a fines de los 8o y principios de los
90, por las expectativas creadas, es la generación de mayor bienestar y educación
alcanzada, de movilización
intergeneracional pero más individualista que adhiere a mayores exigencias que
las actuales y ser parte integrante de otros patrones morales dentro de la
cultura, expresado en las manifestaciones de la plaza Baquedano, rayados y
grafitis; y 3) Es el cambio de tiraje
de la política, que plantea un enigma. ¿Cómo fue posible que el electorado
que eligió un gobierno de derecha hace tres años hoy le dé la espalda? y no es
que hayan cambiado las preferencias, sino que se sintió desilusionado y no
encontró satisfacción a lo que esperaba.
Pero al margen de todas
las interpretaciones, es un hecho de la causa que la inmensa mayoría de los
chilenos votó por una nueva Constitución, y a eso debemos abocarnos y basta de
lamentaciones. Debemos pugnar para que sean los más capaces e idóneos los
elegidos para conformar la Constituyente, donde los que creían que
nosotros vamos a escribir la nueva y no los políticos, comprobarán que
ello fue una falacia; pues los independientes no tienen ninguna chance de
participar como tales, a menos que se subordinen a integrar la lista de un
partido o coalición, los que tendrán la facultad de vetar su postulación. Las
barreras impuestas por los señores políticos en la reforma fueron de
tal manera que es imposible que puedan participar por si solos. Por otra parte,
no hay que olvidar que la absurda paridad de género, perjudicará tanto
hombres como mujeres más idóneos, por encuadrarse en esa norma y todavía hay
que determinar cuáles serán las etnias originales para ser partícipe de este
proceso. ¿Las conocen Uds.? ¿Existe algún reconocimiento oficial en alguna ley?
Queda
mucho camino por recorrer, pero empecemos ya. ¡Aún tenemos Patria ciudadanos!
Fernando
Hormazábal Díaz
General
de Brigada (R)
Los que estimen de
interés este blog, ruego difundir
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