Con el agua hasta el cuello
Claro,
ahora se acuerdan, y Toribio estuvo “caballerito” en el título para no recurrir
a la jerga popular. ¿No querían eliminar Carabineros, luego reformular y
finalmente reformar?… ¿No querían
eliminar las FF.AA? porque ya no existía peligro de guerra con nuestros
vecinos, tenemos las mejores relaciones. Bastaría unos cuantos meses de
entrenamientos en caso de peligro; eliminar las escuelas matrices, etc., etc.,
una sarta de estupideces fruto de la ignorancia, muchos de los cuales hoy
disfrutan de las remuneraciones más altas del mundo en nuestro Congreso.
Pero viva la Democracia y yo soy
partidario de ella. Pero, a partir de 1990 había que actuar con la mayor
celeridad para terminar con todo el vestigio de la dictadura y en nombre de
ella, además de gran parte de las normas que hicieron colocarnos a la cabeza de
los países de nuestro continente, en el orden económico y social, por razones
meramente ideológicas, amparados en el famoso Progresismo, dieron rienda suelta
a decisiones funestas y que hoy afectan gravemente nuestra seguridad.
Y solo para mencionar algunas.
Partimos con la suscripción de la Convención de Ottawa, (1997) y ley de la
república en el 2002, respecto a la prohibición del empleo, almacenamiento,
producción de minas antipersonal; y su destrucción, como respuesta a la comunidad
internacional por el problema humanitario causado en especial África y otras
naciones, siendo Lady Dy ─en pleno apogeo─ una de las principales promotoras;
tal como posteriormente lo hace en torno al cambio climático Greta Thunberg.
Chile, a raíz de los graves problemas que tuvimos en el pasado con las naciones
vecinas, había sembrado campos minados a lo largo de sus fronteras terrestres,
como parte de su sistema defensivo en aquellos pasos no habilitados y que
constituían una vulnerabilidad, lo que a la fecha producto de su levantamiento
ha originado la crisis actual. Toribio vaticinó hace más de 30 años en TVN que
esto pasaría, pero estábamos con “la fiebre del sábado por la noche” y nadie lo
pescó. Cabe señalar que si bien es cierto, se produjeron accidentes a causa de
ello, en especial por personas que hacían caso omiso a las señales de advertencias
existentes, estos han sido notoriamente menores a las muertes de personas que
han fallecido producto de las inclemencias del tiempo y el esfuerzo cruzando el
altiplano y el desierto. Algunos estrategas civiles siempre han cuestionados
las hipótesis bélicas, pero no vaya a ser cosa que, producto del Convenio de
Asistencia Militar entre China y Perú, nuestros hermanos del norte quieran
recuperar la “estrellita del sur” y surja otro Velasco Alvarado viéndonos en la
necesidad de resembrar los campos minados.
Escuché a un dirigente con
justificada molestia exigir la protección de las fronteras en el norte, a lo largo de 600 kilómetros con medios del
Ejército; cavar zanjas ─hace algún tiempo anunciadas por J.A. Kast y
fuertemente criticado─ trabajo que sin duda demandará bastante tiempo, no tanto
como la Muralla China, pero no
solucionará el problema con la celeridad que se requiere; al mismo tiempo una
medida de sentido común, “elemental Watson”, pero que el gobierno no ha
implementado. Tal es el control de buses trasladando a inmigrantes ilegales
hasta el centro y sur del país. Obvio, pero como lo iba a hacer, si por otra
parte el “Supremo Gobierno” financiaba dichos buses con aportes al Servicio de
Jesuita de Migrantes, contando ─seguramente─ con la venia del director del
Servicio Nacional de Migraciones, Eduardo Thayer, famoso por los recursos de protección
a favor de los inmigrantes ilegales.
Alcaldes y parlamentarios apelan al Estado
de Emergencia, similar al de Infraestructura para hacer frente a la
delincuencia y al crimen organizado; con justificada razón los camioneros se
suman a las críticas con un pliego de peticiones a raíz del asesinato de dos
agricultores de Malloa y dan plazo de 72 horas para solucionar el problema de
la delincuencia. Sumemos el terrorismo persistente en la macrozona sur y todo
lo anterior se pretende que “con los mismos duraznitos se haga otro ponchecito.”
Pero, Toribio recuerda a los señores
políticos, toditos: izquierda, centro y derecha que eliminaron el Servicio
Militar Obligatorio, en circunstancias que cada día hay más jóvenes vagando y
se pliegan a la droga y a la delincuencia dado el fracaso de la “educación de
calidad”; y no solo eso, han disminuido la cantidad del contingente anual a una
cantidad no superior a los 7.000 conscriptos, en circunstancias que en décadas
pasadas las cifras superaban los 12.ooo jóvenes. Por si fuera poco, la derecha
eliminó la Ley Reservada del Cobre, ─aspiración histórica de la izquierda, “es una tremenda noticia y una de las mayores modernizaciones
institucionales de los últimos años”, declaró ufano el
ministro de Defensa, Alberto Espina─ afectando el financiamiento de las
Fuerzas Armadas, al ser reemplazado por una modalidad de presupuesto estable, plurianual, con un
fondo de contingencia, que es transparente…”.
Pero hoy día, a la primera de cambio, con una ministro Socialista y un
subsecretario Comunista, ─el mismo que quebró la universidad Arcis, propiedad
del PC, que dejó a cientos de estudiantes sin terminar sus carreras─ le echaron
manos en la Ley del Presupuesto reduciendo las capacidades estratégicas de las
FF.AA.
A mayor abundancia, ¿para que quieren a las fuerzas armadas en un estado de emergencia? Cuándo con las famosas Reglas de uso de la Fuerza (R.U.F.) les limitan su actuación, ya que su empleo debe ser “proporcional” ─ la estupidez más grande creada por nuestros legisladores─. Los militares no pueden salir a la calle mientras no se las modifiquen, por cuanto estarán expuestos a que jueces y fiscales izquierdistas y corruptos, como la Chang, Armendáriz y tantos más, terminarán procesados y condenados. La lectura de dichas reglas me hace recordar a un cómico argentino o uruguayo: ¡Aló! ¡Aló! ¿Hablo con el enemigo? Hola, ¿me puedes decir a qué hora es el ataque y con que los vas hacer? ¡Mirá! que tengo que saber para cumplir con el principio de legalidad, con el de necesidad, proporcionalidad y gradualidad. A lo mejor conversando, yo te persuado y negociamos y llegamos a una solución, caso contrario y según como sea tu ataque, yo hago el mío, pero quiero saber qué equipo tienes, porque si no, te voy disparar con mi revolver de 6 tiros o con mi fusil.
Lo anterior es una parodia, estamos
claro, pero ante la hipocresía de parlamentarios y políticos en general, que quieren
sacarse el pillo con las fuerzas armadas ─que no son policías, no han sido instruidos
como tales y que deben actuar como ellos─ para después decir, no, nosotros hicimos lo
que correspondía pero ellos no cumplieron con las R.UF. y son los tribunales ─corruptos
e ideologizados─ quienes deben resolver. Saben que más señores políticos, váyanse
a la misma m….., con el perdón de mis parroquianos. Uds. están incitando y creando
las condiciones aptas para que el día de mañana, una persona desesperada
recurra al sicariato, o que alguien se arranque con los tarros y agarre a cañonazos
el edificio de los tribunales y de la Corte Suprema, lo que Toribio desde ya no
aprueba y rechaza categóricamente.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
No hay comentarios:
Publicar un comentario