El superbigote en acción
Claro, en el país caribeño la situación es mucho
más aguda. Ellos están bajo un régimen dictatorial desde hace 26 años,
impulsado y guiado por Cuba, a quien han sostenido económicamente por largas
décadas, desde cuando el petróleo estaba en bonanza y producían lo suficiente; la Asamblea
Nacional elegida democráticamente fue suspendida quitándosele sus facultades
por un dictamen de la Corte Suprema que elige a dedo Maduro; tal como lo hace
con los otros dos poderes del Estado: el Poder Ciudadano y el Poder Electoral;
súmese a lo anterior las Fuerzas Armadas, los Colectivos y cuanto organismo
civil y militar creó para ejercer el control, estigmatización, represión,
tortura, detenciones arbitrarias. Miles de civiles juzgados por la justicia
militar acusados de terrorismo y un largo etc., a través de la Guardia Nacional Bolivariana, el SEBIN,
la DGCIM; las FAES, la Policía Nacional Bolivariana. El ejercicio del poder es
absoluto, sin límites, con el control que tiene sobre todos los medios de
comunicación que han sido su fuerte para las estigmatizaciones, a las cuales
siguen las detenciones arbitrarias y hasta muertes. A tanto llega su ego que ha
creado un comic ─emulando a Superman─ donde el protagonista es el “Superbigote”
atribuyéndose las mismas capacidades.
Las imágenes en TV de los venezolanos que viven en Chile fueron desgarradoras. Después de un día lleno de felicidad y alegría esperando el resultado de la elección frente a su embajada, donde muchos habían pernoctado en la noche anterior, vino la desilusión por el fraude electoral. Toribio tuvo la oportunidad de conocerlo más de cerca por una joven venezolana que oficia como cuidadora de su esposa. Desde hace meses confiaba “que ahora si botamos al Maduro y yo vuelvo a mi país.” Nunca quiso desanimarla, tan solo le deseaba que las cosas se dieran como ellos esperaban. Es que había que ser demasiado crédulo o inocente, conociendo toda la performance del “Superbigote” que no respetaría lo prometido: elecciones libres, transparentes y que respetaría lo que informara la autoridad del Consejo Nacional Electoral. Más aun, conociendo que tanto él como sus más cercanos seguidores no solo arriesgan ser denunciados ante la Corte Internacional por violación a los derechos humanos, sino además porque existen orden de captura internacional por la vinculación con el tráfico de drogas, donde sin duda el Cartel de los Soles ocupa las primeras prioridades. Pero Estados Unidos, confiando en este delincuente levantó algunas de sus sanciones a fin de que se realizara el proceso electoral. Después de todo Maduro no es tan tonto. ¿O se lo habrá soplado el “pajarito”, el espíritu de Chávez que le habla? Porque él no dijo que se respetaría el resultado de las elecciones, sino lo que informara la autoridad, el Presidente del Consejo Nacional de Electores, el ex diputado chavista Elvis Amoroso, que debería llamarse Elvis Tramposo.
Estemos
alerta a lo que pasará a futuro después del Lollapaloosa bolivariano, dirigido
por el súper comediante “El Superbigote”. Esa hora que se pronuncien todos los
países que aprecian y viven la democracia; los organismos internacionales,
comenzando por la OEA. que con anterioridad sancionó con la expulsión a Cuba (1962) por implementar el marxismo, eliminando
las libertades políticas y restringiendo los derechos humanos; también Honduras,
Paraguay y recientemente Nicaragua, fueron suspendidos o expulsados de la
organización debido a crisis políticas internas, mucho menores a las que
existen en Venezuela que hoy supera todos los límites con el
fraude electoral. Y si bien Venezuela renunció a la OEA en 2019, cuando impidió que observadores de dicho organismo concurrieran a otro acto eleccionario, sería bien visto una fuerte declaración de la Asamblea cuestionando las elecciones recientes, y a mismo tiempo estudiar la factibilidad de expulsar a Venezuela del TIAR o aplicar otra sanción ejemplar. Una presión de esta naturaleza podría incidir en la voluntad
de las fuerzas armadas a quitar el apoyo al bigotón Maduro, reforzando el llamado hecho
por oficiales subalternos a sus generales.
Para terminar y no aburrirlos, a Venezuela le ha
hecho falta un Pinochet, un Merino, un Leigh y un Mendoza. Ya saben chilenitos,
especialmente las generaciones que no vivieron el pasado, gracias a esos
hombres podemos vivir en libertad y en democracia. Nuestro “dictador” cumplió
con la Constitución y entregó el poder de acuerdo a lo establecido en ella
después de haber perdido el plebiscito.
Fernando
Hormazabal Díaz
General
de Brigada (R)
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