Seguimos Igualito
Pero en esta oportunidad, Toribio las asocia a la salud producto de una situación de carácter familiar, que lo hizo poner los pies en la tierra sobre las atenciones que brindan las instituciones públicas, pese al incremento cada vez mayor de los recursos presupuestarios y al abnegado esfuerzo de su personal.
En virtud de una antigua norma legal, mi cónyuge perdió la condición de ser mi carga familiar pese a no habver desarrollado actividades remuneradas y en consecuencia, abandonar el sistema de salud del Ejército y afiliarse a FONASA; sin embargo, si bien tiene la oportunidad de volver al sistema, no lo ha hecho pues la atención que brinda el CESFAM comunal es excelente; el ahorro en medicamentos es muy significativo para hacer frente a su enfermedad que la mantiene en un estado de discapacidad severa, los que mensualmente son entregados en domicilio, lo que comprueba, en mi caso particular, que todo no es tan malo en el sistema público. Por otra parte, la ventaja de residir en Las Condes, le permite atenderse en la clínica Nueva Cordillera, donde siempre hay horas disponibles en casi todas las especialidades, por lo menos dentro de la semana o en la próxima, incluso sábado y domingos, lo que es un gran acierto para aquellos que por razones laborales les sea difícil concurrir en días hábiles; por otra parte, los valores de los bonos de FONASA para los residentes en la comuna que estén afiliados a la clínica en nada son comparables al HOSMIL y a otras clínicas. Pero no todas las comunas son tan ricas como Las Condes, observación válida, pero es ahí donde debería entrar a tallar el Estado con aportes directos, subsidios o derivaciones a las instalaciones privadas con cargo a sus recursos para generalizar estos beneficios
Claro que siempre hay
un pero, y me lo habían anticipado. El día que tuviese que recurrir de urgencia
al Hospital Militar u hospitalizarla al no ser carga familiar “otro gallo
cantaría”, parodiando una vez más a mi vieja. Y vaya que lo fue, Bernardo
O’Higgins llegó a morderme los dedos cuanto tuve que pagar la cuenta que con FONASA
y todo bordeó los $500 mil por la atención. Obviamente que me dolió, pues el
monto no lo había dimensionado, pero lo pude hacer aún con gran sacrificio, pues el
motivo era más que justificado. Lo anterior me hizo pensar: ¿qué pasa con
aquellos chilenos que durante una noche o en la madrugada requieren de una
urgencia y no pueden pagar una clínica? Por lo general en los hospitales
públicos las guardias médicas no dan abasto; para que decir durante la pandemia
o ahora en invierno. Los pacientes vegetan en camillas en las mismas guardias e
incluso llegan a fallecer y llevarlos a una clínica particular es impensable por
el costo, existiendo disponibilidades de atención, se supone. Y eso me hizo caer en el tema, en la correcta
utilización de los recursos del Estado. Toda esta larga perorata para caer en
“los putos pesos”, como solía decir el ministro que les quitaba los “patines”
en educación” a los alumnos o colegios más aventajados, para igualarlos con los
menos; y que siendo ministro de Hacienda con su “gordi” apoyó la venta a
capitales chinos de una compañía eléctrica nacional, de la cual ahora es el
único director no chino de esa misma empresa. ¡Casualidad nomás, no seas mal
pensado Toribio, cada día más hocicón!
Está claro que la
salud pública adolece de graves dificultades. Requiere ingeniería, gestión administrativa, atención
oportuna e igualitaria. La falta de cobertura en especialidades médicas es
evidente, en especial en las zonas extremas, donde los “putos pesos” son más
importante que Hipócrates; la carencia
de infraestructura tanto hospitalaria como en otros niveles es alarmante; insuficiencia
de políticas públicas; se precisa de remuneraciones acorde al ejercicio de las
funciones para su personal; carencia de camas hospitalarias, y un largo etc., etc.,
que a la larga todo redunda en los mencionados pesos. Y no es que estos falten, no digo que sobren
pero están pesimamente mal distribuidos, mal empleados; o lisa y llanamente
robados. Tirémonos a la piscina. Lo veremos en el próximo blog.
Fernando Hormazábal
Díaz
General de Brigada (R)
Muy bien dicho Toribio y sólo lamento que me hayas recordado la existencia
ResponderEliminardel infame Ministro Eyzaguirre, genial inventor de los patines. 😒