¡Hasta cuando…Todo tiene su límite!
Toribio no sabía como titular esta
columna. Suele suceder que, cuando la mierda nos agobia ante la pasividad, burocracia,
indolencia y el ideologismo por quienes tienen responsabilidades en la solución
de los problemas que afectan a las familias más precarias, tendemos a perder
los estribos y salirnos de madre; por ello una vieja norma castrense aconseja dejar
pasar 24 horas para reaccionar con calma y aquietar las pasiones. Es lo que
pensaba hacer después de ver el reportaje en vivo de un canal de TV sobre el
drama que viven las familias afectadas por los incendios en Viña del Mar y Quilpué,
que la costó la vida a 137 personas, por obra de desalmados que quisieron
hacerse un “pituto” provocando que se quemaran más de 9.000 hectáreas y dejaran
a 1.500 familias sin hogares.
Los afectados declaraban hoy -al
cumplirse un año del voraz incendio- haber perdido la fe en todas las autoridades,
desde la alcaldesa de Viña del Mar que, se ha negado a recibirlos- por
problemas de agenda- hasta el presidente Boric; que, el bono de recuperación que
recibían de $1.500o.000 solo duró hasta el mes de diciembre; que, a la fecha no
se han cumplido las promesas hechas en la construcción de nuevas viviendas; y
que muchas de las casas de emergencias entregadas carecían de luz y baños,
haciendo un llamado urgente para la implementación de baños químicos. Exigían
conocer el destino de los fondos de emergencia otorgados por el gobierno y el obtenido
por el teletón especial y otros aportes voluntarios. Agregaban por otra parte, que
se pasaban la pelota de una autoridad a otra, recordando al legendario juego “del compra huevos”.
No hay lugar a dudas que existe un
atraso considerable en la construcción de las casas, lo que ha reconocido el
propio ministro Montes; como también es cierto que se ha demostrado que el
Estado ha sido incapaz de construir a un mayor ritmo, pero lo anterior no amerita
que el actual gobierno deje desamparadas a las familias afectadas hasta lograr dar
solución a todos sus problemas. Da una pena terrible el contraste de las playas
llena de quitasoles multicolores y los preparativos de la Gala que se prepara
en el Sporting de Viña del Mar -que ocupa la agenda de las autoridades locales-
mientras en las poblaciones incendiadas se consideran “muertos vivientes”, y no pocos, como protesta recurren a la huelga
de hambre.
Me dije: “Mañana despertaré a Toribio”.
Por lo demás, está claro que en Chile todo se detiene en los meses de verano, y
con mayor razón la lectura de esta modesta pluma; y me aprestaba a “reponer mis
fuerzas” en una plácida siesta cuando una señal de mi WhatsApp me trajo a la
realidad. Y a medida que lo leía, sentía que la bilirrubina subía en forma
acelerada y descontrolada. Lo leí dos veces porque no podía dar crédito a tamaña
felonía. Si un juez que ve las causas de DDHH juzgara con el criterio como lo
hacen con los ex uniformados, acusaría al responsable como autor de cuasi
delito, o cómplice como mínimo. Y si hubiese afectado a un partidario del actual
Gobierno por parte de una autoridad de las FFAA, el llamado a retiro en dos
tiempos.
Hace un par de días falleció en el
Hospital de Carabineros, (HOSCAR) el teniente coronel de esa institución José
Aravena L., interno en Punta Peuco por hechos de hace 50 años y víctima de la prevaricación
de jueces y Cortes ideologizadas. El citado oficial padecía de una grave
afección cardiaca. Había sufrido dos infartos y el implante de tres sten. Con
fecha 10 de diciembre solicitó por escrito a Gendarmería ser trasladado al HOSCAR,
ya que en tres oportunidades había perdido las horas agendadas. Su estado salud
se había deteriorado en forma considerable: merma de masa muscular y más de 20 kg.
de su peso normal; sufría mareos, pérdida de equilibrios y problemas gástricos severos.
No cabe la menor duda que de haber sido acogida su petición oportunamente no se
habría llegado a tan triste desenlace.
Los miembros de las FF.AA. y policías
en retiro, son juzgados por un sistema caduco pero vigente para el resto de los
chilenos; tampoco le son respetados sus DD.HH. y vedados los medios de prensa.
Los parlamentarios de derecha -salvo contadas excepciones- nada que les afecte parece
importarles, como tampoco a quienes recuperaron lo perdido durante el gobierno
de la UP y se beneficiaron con las políticas implementadas que perduraron por
30 años. Cualquier gesto del personal activo es considerado una abierta
deliberación y pérdida de la carrera. No en vano se dice que han sido “abandonados
tras las filas enemigas.” Toribio se pregunta hasta cuando……
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Muy de acuerdo con el análisis de Toribio y me indigna el mal trato que sufren miembros de las
ResponderEliminarFF.AA. y de Orden. Para ellos al parecer no existen los Derechos Humanos.!